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El arte como terapia

Combate la depresión, el estrés y las adicciones con arte.

El Arteterapia es una disciplina utilizada con gran éxito desde la década del ’40 como apoyo al tratamiento psicológico, principalmente en los servicios de salud en EEUU, Inglaterra y Francia. En los últimos años se ha desarrollado con buenísimos resultados en temas como depresión, estrés, trastornos de alimentación, rehabilitación, autoconocimiento y manejo emocional, siendo Brasil y Argentina los países más representativos de Latino América. En Chile ha tenido excelentes resultados con pacientes oncológicos en clínicas y hospitales, en centros Teletón, centros de rehabilitación y empresas, entre otros.

Al ser el Arteterapia una disciplina profesional nueva, es poco lo que se sabe a nivel masivo. Las personas piensan que es para niños, y si bien se trabaja con todo tipo de niños, es también para adultos (desde el año de vida hasta los 90 años o más). Se puede trabajar en forma individual o grupal, con objetivos a largo o a corto plazo dependiendo del contexto.

El Arteterapia, más allá de las definiciones académicas que pueden encontrar en las páginas web de la asociaciones de Arteterapia Británica (BAAT) – Estadounidense (AAT) y Chilena (ACAT), radica su importancia en que utiliza el arte como medio de comunicación para resolver problemas de variada índole. Es parecida una sesión psicológica pero, además de hablar, se dibuja y se habla del dibujo, o sea la persona a través de su creación expresa lo que le sucede (desde problemas con la pareja, hasta sentirse angustiado y no saber porque). En el dibujo no es relevante lo bonito y lo feo, ni se necesitan habilidades para el arte. La relación con el terapeuta, es decir el Feeling, en este caso es de vital importancia para poder generar un ambiente que estimule la creación. Una vez establecida la relación, ambos participantes, fijan objetivos y tiempo de duración tentativos para continuar el proceso terapéutico.

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Creo fundamental explicar por qué el arte es tan efectivo como medio de comunicación y por ende a que se debe que se obtengan resultados en corto tiempo. La respuesta tiene que ver con nuestro alejamiento de la creación artística, muchos no agarran un pincel desde cuarto medio, o más bien desde octavo básico, por esto no manejamos y nos es complejo manipular el lenguaje del arte, no lo controlamos, no estamos todo el día pintando o dibujando, pero si hablando. En el caso de los niños que si tienen más contacto con el arte, les es fácil expresar sus emociones mediante la actividad creativa, en contraste, producto de que están formando su pensamiento abstracto y racional, les es difícil verbalizar las emociones. Algunos estamos más o menos habituados a este medio de comunicación. En ambos, niños y adultos, se aprecia la capacidad que el arte tiene, según Carl Jung, de facilitar el surgimiento de elementos inconscientes con los que podemos descubrir y encontrar respuestas a nuestros conflictos. Por esto mismo las creaciones de las personas dan cuenta de aspectos que ni siquiera son percibidos mientras se está ejecutando el dibujo, solo al ver la imagen terminada y hablar de ella se encuentran nuevos sentidos a situaciones y comportamientos.

Un segundo aspecto del arte es que favorece la conexión consigo mismo, podemos describir una emoción con múltiples sentimientos en una imagen, cosa que es mucho más difícil hacer con el lenguaje, el que tiende a clasificar y reducir. Es más simple escoger una imagen de cómo me siento, que explicar que tengo 80%pena, 10%de rabia, 10% de frustración frente a una situación X. La imagen permite una referencia directa y completa, es desde ella que se elabora una explicación narrativa.

En consecuencia el arte es útil y se potencia en un contexto terapéutico, sobre todo en nuestra cultura tan apegada a lo racional y tan desconectada del equilibro de las emociones, cuando hacemos Arteterapia nos conectamos con lo que sentimos, podemos recortarlo, pegarlo, juntarlo, armarlo o desarmarlo, reconstruirlo y transformarlo abriéndonos la posibilidad de reparar, comprender e integrar dolores en pos de lo que todos como seres humanos buscamos, estar BIEN con nosotros mismos y con los demás.

Por Cecilia Chuaqui, Licenciada en arte y Arte-Terapeuta del Centro de Terapias Creativas.

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