Nosotras sabemos que, generalmente, cuando una mujer tiene un bebé su cuerpo cambia de manera considerable. Sin embargo, existen mujeres que no tienen hijos pero viven con su pareja y aún así no les es muy fácil mantener la línea. Según The New York Times la culpa es de ellos.
Annette J. Dobson, profesora de bioestadística de la Universidad de Queensland (Australia), hizo un estudio durante 10 años a más de 6.000 mujeres australianas de una media de 70 kilos y los resultados fueron muy interesantes. Las que tenían un bebé y pareja subieron 10 kilos, 7.5 kilos si tenía una pareja, pero ningún bebé, y sólo 5.5 kilos si no tenía hijos ni pareja.
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Según la profesional esto se debe a los cambios en el comportamiento. Una mujer casada probablemente ocupa su tiempo libre en estar en casa junto a su pareja e hijos y uno de los panoramas más frecuentes es salir a cenar, mientras que una soltera va a diario al gimnasio, se reúne con sus amigas, sale a bailar, entre otras muchas actividades que la harán mantener su peso.
La doctora Dobson además, recalcó que “el aumento de peso entre todas las mujeres, con familias o sin él, es preocupante”.
Cómo conclusión la experta dijo que era en estos momentos, o sea cuando las mujeres dan a luz o cuando deciden estar en pareja, cuando más cuidado hay que tener.
Lo que es yo, desde que vivo con mi pareja -casi 3 años- los kilos se me fueron a la chuña.