Actualidad

Dejar atrás la apatía

Estoy acostumbrada a ser una persona que anda haciendo miles de cosas todo el día. Pero durante los últimos meses he estado sumida en lo que he llamado “mi periodo de apatía”. Todo febrero de vacaciones en la casa haciendo nada y todo marzo con las tardes libres, menos pega y menos plata –por supuesto– me llevaron a echarme en mi cama a ver tele o dormir sin mejor panorama. El terremoto del 27 de febrero fue otro factor importante porque la catástrofe posterior me terminó de absorber las pocas energías que tenía.

Es impactante como te puede atrapar la pereza y lo mucho que cuesta salir de ella. Al menos a mí no me daban ganas de salir ni ver a mis amigos; todo me daba lata, desde ir al supermercado hasta ir a buscar un vaso de agua. Es terrible porque no llega sola, sino que arrastra consigo a la soledad, la baja autoestima y la tristeza.

Afortunadamente, siento que mi periodo de apatía está llegando a su término. Me he tenido que poner metas para hacerlo y ha dado resultado… Partí contestando más el teléfono, aceptando invitaciones y cambiando la televisión por los libros. Los últimos días volví a subirme a la elíptica, a cocinar y a avanzar algo en mis proyectos. Finalmente esta semana he coronado retomando la meditación, las caminatas por Providencia, el canturreo a todo pulmón y los paseos en bicicleta, entre otras actividades.

Recomendados

Se los cuento para que, si están en este caso, vean que se puede superar con un poco de voluntad y, sobre todo, aceptando que somos humanas y que no tenemos porqué ser perfectas. Es cosa de recordar lo que a uno le gusta y la hace vibrar.

Ahora me siento mucho más tranquila conmigo y lista para mis nuevos proyectos y desafíos. Dos meses de descanso extremo me dejaron las pilas ¡bien puestas para lo que viene!

Tags

Lo Último


Te recomendamos