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Camarones al cognac

El viernes en la noche parece ser el día en que más me gusta darme un gusto. Todo es corrido,llegar de la oficina, trasladas niños a sus clases extras, bajar a la nana al metro, siempre con una sensación de estar corriendo y que al otro día en la mañana habrá que madrugar.

Muy corto: hay que hacerlos.

Como no hay que preocuparse tanto de los horarios, me es más fácil pescar a la tropa y partir al supermercado a buscar lo necesario para el plato que cerrará la semana. Aún fascinada por los Camores Festival Apoquindo, busqué alguna de sus otras versiones y me dejé llevar por los preparados al cognac. Le sumé una botella de champagne y, me compré un alto de diarios y revistas de actualidad: lo siento, mi placer culpable.

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Llegamos a la casa, pijama para todos, chipe libre por un buen rato y a “cerrar el boliche”, en la calma de una noche invernal que en realidad no es tan noche, me lancé con esta receta que pide colas de camarones crudas y peladas (a mí, en lo personal, no me gustan tan peladas, pero así van en la receta).

Se sazonan con sal, pimienta y nuez moscada y se saltean por dos minutos en una sartñen que la tenía previamente calentada 1 cucharada de mantequilla. Ya listos, se calienta media taza de cognac, lo que yo hice poniéndollo en un cucharón sobre la ornalla, cuando está encendido se echa sobre los camarones para que se flambeen, hay que sacudir bien el sartñen para que el cognac se reparta por todas partes.

Se baja el fuego y se calientan un minuto. Hay que sacar los camarones, que se mantienen calientes, se sube el fuego y se suma al líquido una taza de crema, hirviendo todo por 2 ó 3 minutos para reducir. Luego se agrega jugo de medio limón. La idea es comerlos sobre tostadas de pan de molde fritas, que, lo siento, reemplacé por solo tostado para no aumentar más aún índices indeseados.
Como mis camarones eran congelados, seguí la vía paralela que propone mi maestra para estos casos: sacarlos recién salteados / y supongo que flambeados también ya que no lo pone) y agregarlos a la salsa a último minuto para que se calienten.

La receta pide perejil picado, pero nunca dice donde ponerlo, por intuición lo agregué al final, justo antes de comerlos (la editorial me debe una muy muy grande por todas estas pifias detectadas).
Que puedo decir, demasiado increíbles: ¿la clave?: la nuez moscada.

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