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Cuando entramos a la zona de “el amigo (a)”

La lentitud de los hombres y la impaciencia femenina nos llevan a ser sólo amigos.

-Es más frecuente en hombres. Nosotras por lo general sabemos diferenciar las cosas, pero igual todos (ellos y nosotras) nos hemos identificado con este comercial de Sprite alguna vez. ¿Quién no se ha hecho “amigo” de alguien que nos tiene locas (os) sólo para acercarnos un poco más? El problema aparece cuando ese que se está comiendo el amor, se da cuenta que ya no hay vuelta atrás: entró en la zona de la amistad.

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Seamos sinceros, la amistad entre hombres y mujeres no existe. O existe, pero recién después de que la tensión sexual desaparece y sabemos que no podrá haber nada más entre los dos (sólo fue esa noche). Sólo amigos. Cuando llegan a ese punto, ninguno se hace tanto drama porque se conocen y asumen la situación: no tenían que estar juntos. Y hasta se alegran por el otro cuando aparece en una relación.

Lo triste, y peligroso, es cuando entran a la “zona del amigo”, como dice Joey de “Friends”, sin quererlo. El tipo se acerca tanto a ti y es tan buena persona, que no te das cuenta (o simplemente no quieres asumir) que él te tiene ganas. Comparten los mismo gustos, salen juntos, te acompaña a comprar ropa, van a cafeterías… y pasa tanto tiempo contigo sin insinuarse y hasta dándote consejos para enfrentar al que sí te gusta, que piensas que de verdad este puede ser el amigo que te faltaba, no el gay que siempre te escucha, no, uno que entiende a los hombres. “Sí, con este sólo amistad”, dices y es en ese momento cuando él pierde cualquier oportunidad contigo. “¿Un beso? No, qué asco. Somos amigos”, agregas. Y todo el tiempo que invirtió fue en vano. El tema del “amigo” pasa porque tenemos poca paciencia: si son muy lentos entran a la “zona prohibida” y nunca más salen de esa categoría.

Pero la impaciencia femenina no los afecta sólo a ellos, a nosotras también nos quiebra amistades cuando nos lanzamos solas a la piscina y en un acto de desesperación nos declaramos a ese que no nos toma ni un poco en cuenta (siempre nos gusta el que no muestra ni pizca de interés). Como no tenemos mucho aguante hasta con una mirada nos pasamos “el rollo”.

Eso es un poco lo que quería decir la película “Simplemente no te quiere” con la amistad que tenían Gigi y Alex, dos de los protagonistas de esta historia compuesta por diferentes parejas y relaciones. Ella fracasaba en cada intento de novio que buscaba, nadie la llamaba de vuelta, nunca había una segunda cita, se desesperaba mirando el teléfono… y su amigo Alex le daba consejos para enfrentar a los hombres y saber cuándo salir corriendo. Eran sólo amigos hasta que ella piensa que Alex le da señales, que nunca existieron y que sólo ella vio (somos buenas para mirar debajo del agua). Se le declara (porque somos más directas) y él le dice que nunca le gustó. Por supuesto la amistad termina. Igual el final es feliz, así que no se asusten, nuestras amistades y posibles relaciones también pueden terminar bien.

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