Actualidad

Mi mejor amiga

¿Es posible la amistad entre hombres y mujeres?

La verdad es que a mí eso de que hombres y mujeres no podemos ser amigos me parece una tontera. Seguramente esa idea pueda aplicarse entre adolescentes, universitarios o solteros seductores. Pero, claramente, yo no pertenezco a ninguno de esos grupos. Además, cuando uno ya ha pasado los treinta años y lleva una vida más bien solitaria, valora la amistad más allá de esos esquemas rígidos que los amigotes nos inculcaron desde la edad del pavo. Y no es que uno tenga problemas de testosterona, como decía un colega en la oficina el otro día, solo sucede que cuando uno ya está grande sabe separar bien las cosas.

Aparte de dos amigos con los que vengo desde los años universitarios, mi círculo más íntimo de amistades está compuesto por tres mujeres que conocí en uno de los primeros trabajos que tuve. Juntos hemos pasado por despidos y ascensos, separaciones y matrimonios; muertes y nacimientos; más un sinnúmero de altos y bajos que no han hecho más que forjar nuestra amistad. No nos juntamos regularmente todos, pero siempre sabemos en qué anda cada cual y vamos (o vienen) en auxilio del que anda mal cada vez que es necesario.

Recomendados

Sin embargo, dentro de este grupo existe una persona que es mi mejor amiga y yo a su vez lo soy de ella. Su nombre es Pilar y la verdad es que es alguien muy importante para mí. Si bien mientras fuimos compañeros de trabajo no éramos los más unidos de la oficina, una vez que nos despidieron de ese lugar (por distintas razones pero casi al mismo tiempo), no hemos dejado de vernos con regularidad y ayudarnos en todo lo que podemos. De hecho, tenemos gustos parecidos, por lo que muchos de nuestros encuentros se desarrollan compartiendo una buena mesa, visitando alguno de los bares que más nos gustan o yendo al cine.

Pero claro, aunque hablamos por teléfono todas las semanas e intercambiamos correos electrónicos y mensajes de texto casi a diario, pasamos por períodos de meses sin vernos. ¿La razón? Aunque ambos somos solteros, si cualquiera de los dos comienza a salir con alguien es evidente que nuestro tiempo en común se ve mermado. Pero no tenemos drama con eso. Eso sí, salvo que la cosa pinte con algo de seriedad, evitamos incluir a nuestras parejas circunstanciales en nuestra amistad.

Es que son tantos años, que la dinámica que tenemos con Pilar siempre termina aburriendo o produciendo celos en las nuevas parejas. De hecho, si ella me llega a presentar a alguien con quien está saliendo, me queda claro que tiene –al menos- la esperanza que la cosa funcione. Por mi lado, el asunto es prácticamente igual.

Lo sé, hay hombres que aseguran que esto de ser amigos con el sexo puesto es imposible y que quienes decimos lo contrario estamos mintiendo. Dicen que en realidad estamos enamorados de nuestras amigas y no nos atrevemos a decírselo, o que hay una tensión sexual oculta, o que es la amiga quien está detrás de uno y no nos cuenta nada… No sé. Tal vez existen casos así, pero yo hablo desde mi experiencia personal. Y me parece que si no fuera por mi amiga Pilar, mi vida sería mucho más complicada de lo que ya es.

Tags

Lo Último


Te recomendamos