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El amor después de los 40

Lo que buscan las personas mayores de 35 en los sitios de citas online.

La Dra. Mariana Santiago de Matos, psicóloga de Match.com, uno de los sitios de citas on line más visitados de América Latina, nos envió esta carta donde explica por qué es posible encontrar el amor después de los 40 años y cómo la madurez ayuda en esa tarea. Dice que las mujeres no nos debemos sentir “feas” ni “viejas” por haber superado los 30, todo lo contrario. La experiencia nos debería dar más seguridad porque ya tenemos claro qué es lo que buscamos en la vida y con quién queremos estar. Lee los consejos de esta psicóloga.

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En el último tiempo hemos recibido muchos mensajes de mujeres en edad por encima de los 40 años, la mayor parte de ellas divorciadas (algunas tuvieron largos matrimonios) o viudas. El tema abordado es casi siempre el mismo: ¿Es posible relacionarse nuevamente con la edad que se tiene y luego de una separación?

La duda y toda la inseguridad son absolutamente comprensibles, ya que muchas tuvieron largos matrimonios y están “recomenzando” nuevamente. Tienen, por lo tanto, dudas sobre lo que hacer, como tratar, y también sobre su capacidad de amar, ser amadas y relacionarse nuevamente. A pesar de esto, siempre que surge esta pregunta, otra pregunta me viene a la mente: “¿Y por qué no?”.

Vivimos en una época en que la juventud es muy valorada, por lo que una gran cantidad de personas se someten a tratamientos y cirugías para preservar la juventud, retardar o evitar el envejecimiento. En los medios de comunicación, la juventud es exaltada como la octava maravilla: “joven” es sinónimo de “bello”, “interesante”, “saludable”, “fuerte”… Lo joven es frecuentemente visto como aquel que todo lo puede, traspasa barreras, es libre para hacer elecciones y modificarlas conforme a su voluntad.

Toda esa exaltación a la juventud tiene su corolario: ¿Si lo joven es “todo esto”, lo que no es joven, qué es? Generalmente la “no-juventud” está asociada a lo “feo”, “lo no interesante”, “enfermo”, “débil”… De esta manera, conforme la edad va avanzando, muchas personas comienzan a sentirse impotentes. Creen que no pueden hacer esto o aquello por no tener 20 años. Piensan que el recomenzar es solamente para los más jóvenes, que la edad para eso ya pasó. Debido a que piensan de esta manera, precisamente acaban pareciéndose al estereotipo de lo viejo. En conclusión, no fue la edad las que las tornó viejas, pero sí su manera de pensar.

Regresando entonces a nuestro asunto inicial, ¿es posible pensar en el amor después de los 40? En primer lugar, para que el amor llegue, es necesario abandonar el estereotipo que describí anteriormente. Es importante sentirse bella, interesante y capaz de amar nuevamente. Sobre todo, es necesario recordar que el amor luego de los 40 tiene muchas ventajas. Veamos cuáles son.

Los jóvenes son “bellos” y “saludables”, pero tienen muchas dudas. Pasan por fases de muchas indefiniciones que pueden generar mucha angustia. No saben bien quiénes son, lo que quieren hacer, quiénes quieren ser. Las personas con más edad tienden a tener mayor madurez: ya hicieron elecciones consideradas “cruciales”, saben bien quiénes son y lo que les gusta. La vida ya no es más vista como una aventura, tan interesante que asusta. Todo tiende a ser pensado con mayor tranquilidad, aunque las dudas e inquietudes nunca dejan de existir.

La juventud, al mismo tiempo no es tan “libre para amar” porque tiene muchos tabúes. Cuanto más joven, generalmente mayor es la cantidad de “reglas” que tienen que ser seguidas: “puedes hacer esto, pero no aquello”. Muchas veces se abandona un amor o se deja de vivirlo por no ser tan “conveniente” o por “no estar bien”. La madurez trae mayor seguridad en cuanto a las elecciones. Lo importante ahora no es la opinión de los otros (a pesar de que ella siempre tenga su peso), sino la propia felicidad. La mirada de los otros – negativa o positiva – deja de ser crucial.

La experiencia de vida nos trae la seguridad de que sobreviviremos a las piedras. Sí, al terminar un romance, un joven se siente “como si fuera a morir”, la madurez modifica esta sensación. La pérdida es menos arrebatadora. Aunque haya sufrimiento, se sabe que no es el fin del mundo, y que será posible vivir sin el otro. De la misma manera, las dificultades de relacionamiento, que, cuando se es joven, pueden ser vistas como cruciales, tienden a ser vistas de forma más amena después de los 40. Ya se sabe cuales son los problemas “realmente graves”, y cuales son aquellos que el tiempo resolverá.

Mi intención no es hacer aquí una apología de la madurez o argumentar sobre lo que es “mejor”. No hay edad mejor, cada una tiene sus ventajas y desventajas. Lo importante es no amarrarse a las desventajas, como si ellas fueran a impedir cualquier cosa, y saber hacer buen uso de las ventajas. Por eso, respondo la pregunta de esas muchas mujeres que nos escriben: sí, es posible amar y relacionarse después de los 40. Es posible ser feliz en el amor, aunque las experiencias anteriores hayan sido frustrantes. Más que aferrarse a lo que salió mal en relaciones anteriores, es preciso saber aprender con la experiencia y usarla a su favor. Por eso, concluyo con un buen consejo: ¡Siéntanse lindas y libres, estén abiertas a novedades, y luego estarán amando nuevamente!

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