–Hace cinco días México aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo su territorio, antes sólo se podían casar en México DF (ley que aprobaron en diciembre de 2009) y ayer el Tribunal Supremo aprobó por nueve votos a favor (dos en contra) que puedan adoptar y así rechazó el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el Gobierno Federal.
La Iglesia Católica se oponía a la decisión calificándola de “aberrante”, además culpaba al PDR (Partido de la Revolución Democrática gobernado por la izquierda) de haber corrompido a los jueces que legalizaron la adopción. Un fiscal que pertenecía al gobierno de Felipe Calderón tampoco pudo con sus quejas: quería que la corte declarara inconstitucional los matrimonios homosexuales porque en la Constitución el modelo de familia decía que estaba compuesto sólo por un hombre y una mujer y que la adopción entre personas del mismo sexo atentaba contra los derechos de los niños.
Igual después de siete rondas de debate los magistrados rechazaron los dichos de la iglesia y del fiscal. Se legalizó la adopción y los jueces pidieron evitar conductas discriminatorias, algo que pasó absolutamente por alto el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez al decir que las autoridades del DF habían corrompido con dinero a los jueces. Además dijo que “no sé si a alguno de ustedes les gustaría que lo adoptaran un par de lesbianas o un par de maricones. Creo que no”. Poca tolerancia.
