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Maracuyá Tienda: textiles naturales con estilo propio

Reviven técnicas precolombinas que, a pesar de que nunca desaparecieron, no se conocen mucho.

Natalia Barrueto (23) es pintora y una de las dueñas de Maracuyá Tienda (Paseo de las Artes, local 34. Aldea Del Encuentro), lugar donde vende ropa que fabrica ella misma bajo las técnicas textiles de Batik y Shibori, procedimientos que aprendió en 2007 en México mientras estudiaba arte en la Universidad de Guadalajara.

Comenzó porque hizo un taller de técnicas de teñido y al año siguiente acercó estos procedimientos al arte con la artista Valentina Cruz. “Me parece un arte muy noble y más acercarlo a la plástica. Así comencé a hacer Batik experimental en cuadros inspirándome en la fotografía microscópica y del universo”, dice Natalia.

A pesar de que es pintora y que le gusta el arte popular, los murales, el óleo y el acrílico, trabaja con ropa. No es algo que haya buscado, sino que le llegó: vive cerca de la Aldea Del Encuentro, donde queda el paseo de las artes, un espacio con diferentes talleres por rubro (desde orfebrería hasta ebanismo). Natalia postuló sus cuadros de Batik experimental y quedó seleccionada, así comenzó a acercarse a otras áreas donde se podía aplicar esta técnicas y la más cercana fue el vestuario. Luego siguió con accesorios y ahora tienen hasta ropa de casa.

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“El Shibori es una técnica japonesa y precolombina de teñido a través de nudos, amarras, costuras ect. y el Batik, que también es una técnica de teñido, usa cera de abeja caliente”, dice Natalia. “Son muy antiguas, pero acá en Chile no hay mucha gente que lo enseñe, yo lo enseño, porque me parece que hay que compartir los conocimientos. Quizás el Shibori estuvo más de moda en los 70’ donde se teñían más cosas y la gente valoraba más los textiles con dibujos originales y los colores”, señala esta artista y artesana que ahora quiere ser buzo.

Comenzó las clases el año pasado por medio de trueques con amigos, así aprendió un poco de orfebrería y cerámica. “No sé si me gusta enseñar , pero sí me gusta compartir lo que yo sé, me gusta que las personas aprendan, además de que son técnicas muy terapéuticas en donde aprendes a trabajar la paciencia, aprendes de color y a leer la abstracción y las formas. Además de que son técnicas muy femeninas, eso también me gusta”, agrega Natalia.

Usa sólo materiales nobles, trabaja con telas naturales, cera de abeja, pigmentos, sal de mar y agua que queda plasmada en las obras. “Desde que comencé a hacer ropa he trabajado con diseñadoras, primero saqué una colección muy trancera con Lamat y ahora estoy asociada con Claudia Chamas de Clach paz. Ella tiene un diseño y corte preciosos, lo que sí, yo no me meto a cortar la ropa porque después me retan con que corto chueco. Ahora tenemos a Pablo, un cortador que sólo almuerza esas sopas deshidratadas o papas fritas. Nosotras vemos el diseño juntas, luego yo tiño y ella afina los diseños”, dice Natalia.

Dice que ella y su socia, Claudia, son como dos abuelas que hasta escuchan boleros, pero que son felices con lo que hacen. Y como abuelas, tienen “mañas” y dicen que por ahora no podrían incluir a nadie más: “con la Claudia, diseñadora estrella, me sobra. Aunque a veces diga que la estreso”.

Tienen Flickr, Facebook y las pueden contactar al correo maracuyatienda@yahoo.com.

Mira la galería de fotos a continuación.

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