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Paseando con una niña de ocho años

“Buena parte ese sábado lo pasamos en la calle”, cuenta Javier en su nueva columna.

El último fin de semana lo pasé completo con mi hija Sofía, desde la mañana del sábado hasta bien tarde el domingo, gracias a que su madre tuvo que viajar fuera de Santiago. La verdad es que no fui la primera opción para quedarme con Sofía los dos días, pero una serie de hechos fortuitos –y varias gripes también- se fueron dando para que pudiéramos pasar todo el fin de semana juntos.

Partimos el sábado tomando desayuno en un café de Providencia y luego pasamos por varias librerías que estaban en período de liquidación. Más allá de un par de libros que compramos –uno para cada uno- y que mi hija lee bastante para su edad, me interesa también que Sofía se familiarice con ciertas rutinas de la ciudad que, a mi parecer, son importantes. El caminar, el conocer los barrios, el convivir con otras personas y el aprovechar los espacios públicos; entre otras cosas.

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Pensando que yo y ella nos pasamos la semana encerrados en la oficina y el colegio, respectivamente, me parece una tontera –y una crueldad- encerrarla un sábado por la tarde en un mall. Además, creo que es perjudicial que los niños –y que también los adultos- vean el acto de hacer comprar como una entretención. Para mí, eso es solo la satisfacción de una necesidad puntual, pero jamás será algo para hacer “por diversión”.

De hecho, buena parte ese sábado lo pasamos en la calle. Almorzamos después con unos amigos cerca de Bellavista y por la tarde subimos al Cerro San Cristóbal en el funicular. La verdad es que no se veía mucho Santiago, por el smog, pero igual no deja de ser lindo ver cuando tu hija mira con sorpresa toda esa parte de la ciudad que está hacia el norte del cerro y te pregunta si eso también es Santiago. Fue lejos el mejor momento del fin de semana y el de la conversación más interesante. El resto del día y todo el domingo nos la pasamos leyendo los libros que habíamos comprando. Además, le estuve explicando a Sofía –con la ayuda de Google Maps y Map City- que la ciudad es mucho más grande y diversa que lo que ella cree.

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