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Las putas fiestas de fin de año

¿Cómo lo hace la gente para no fundirse con todas las actividades que se le vienen a uno durante buena parte de noviembre y todo diciembre?

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¿Cómo lo hace la gente para no fundirse con todas las actividades que se le vienen a uno durante buena parte de noviembre y todo diciembre? La verdad es que yo no lo entiendo. Y eso que a mí sólo me toca comprarle un regalo a mi hija (que ni siquiera vive conmigo) y participar en la fiesta navideña de mi trabajo. Nada más que eso. Y aún así, me estreso un poco.

Es que claro, si bien sólo tengo estas dos actividades, no son pocas las invitaciones que me toca rechazar. El tradicional llamado de mis padres para invitarme a su casa pasar la Navidad. Los amigos con los que juego semanalmente al fútbol que quieren organizar un asado para cerrar el año. Los entusiastas que tratan de embarcarlo a uno en una aventura de fuegos artificiales para el Año Nuevo en Valparaíso. Mi buena amiga María, que vive en Barcelona, y que insiste en que Navidad es una estupenda fecha para viajar a España. Mis primos alemanes que dicen lo mismo, pero de Berlín. Y suma y sigue.

Al final. Tal como todos los años. Digo a todo que no y –con suerte- paso la Navidad en la casa de alguna pareja de amigos o –en último caso- voy al sur a la casa de mis padres y aprovecho de descansar unos días. Aunque claro, casi siempre el día 25 lo dejo para estar con mi hija Sofía y abrir regalos. ¿Año Nuevo? Otra cena, esta vez en casa de algún amigo que en su departamento tiene una vista más o menos decente para ver algún espectáculo pirotécnico. De bailes, cábalas, abrazos al por mayor y desayuno en el Mercado Central, nada.

No es por mala onda ni nada parecido el que no me vuelva loco con las fiestas de fin de año. Sólo sucede que no me apetece estar obligado a pasarlo bien en una fecha determinada por la sola razón de “que todo el mundo lo hace”. Para mí eso no es válido. Nunca he sido amigo de las cosas dictadas por decreto y menos cuando se trata –se supone- de pasarlo bien.

Por lo mismo, ya ando preparando mi mejor cara de pocos amigos para comenzar a rechazar propuestas para estas fiestas. No es fácil, pero créanme que haré mi mejor esfuerzo para pasar estas fiestas tranquilo, solo (o con poca gente) y sin mayores apuros. ¿Lo pasaré bien? Tal vez a ratos extrañaré estar con más gente, pero mi idea es estar tranquilo, como siempre, en fin de año.

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