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¿Soltero/a? Cómo sobrevivir en una boda

Columna Match.com.

Bob Strauss, escritor neoyorquino, autor de “¿Quién supiera?: cientos y cientos de preguntas y respuestas para mentes curiosas” y colaborador de Match.com nos envía esta columna de opinión donde nos explica cómo los solteros podemos sobrevivir a los matrimonios que se realizan durante el verano. Ya les habíamos hablado de algo similar hace unos meses, en esta nota Bob les da nuevos consejos y técnicas para pasarlo tan bien como la novia.

Ya recién pasada la navidad y el año nuevo, nos encontramos otra vez en época de bodas. Cómo sobrevivir (e incluso divertirte) cuando asistes a este tipo de eventos solo/a.

Frecuentemente pensamos que cuando vamos a un matrimonio con alguien con quien acabamos de empezar a salir, no hay nada más incomodo que accidentalmente atrapar el ramo y acelerar el calendario de la relación normal. Pues ir a una boda sin acompañante es aún mucho peor. La simple idea es tan intimidante que la mayoría de los solteros recurren a una de estas tres estrategias:

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  1. a) llevar a un hermano/a (o a algún buen amigo del sexo opuesto) y esperar que nadie haga preguntas,
  2. b) estar tristemente acompañado de un whisky triple en la mesa, mientras todas las parejas felices están en la pista bailando,
  3. c) usar la excusa de la emergencia familiar y no aparecerse en absoluto.

¿Qué es lo que un invitado sin pareja puede hacer? A continuación encontrarás algunas estrategias que aclararán tus dudas, conservarán tu amistad con la novia y el novio, y (posiblemente) te ayudarán a conocer a alguien en el proceso.

Planea con anticipación

La ocasión provoca tanto temor que la mayoría de los asistentes solteros se aparecen en las bodas sin haber hecho su tarea. Y esto es un error, dice Keith Ferrazzi, autor de Nunca comas a solas. “No tienes que esperar hasta el día de la boda para conocer a los demás invitados. De hecho, podrías disminuir tus nervios si lo haces un par de semanas antes. Puedes decir algo como: ‘Siempre es difícil no conocer a nadie el día de la boda, me gustaría conocer a algunos invitados antes para que todos podamos pasarla mejor’”. Para hacerlo, por supuesto, tendrás que llamar a la novia y preguntarle con quién te vas a sentar. Y muy probablemente ella estará lidiando con tantos detalles estresantes de la boda que le dará gusto ayudarte.

Maneja a la multitud

Por supuesto, una boda no es igual que la reunión quincenal de la Asociación de Corredores de Seguros. Pero ésta no es una razón para olvidarte de tus habilidades para conocer gente. La Dra. Diana Kirschner, experta en relaciones, dice: “Una boda proporciona una buena mezcla de personas para conocer. Incluso si ‘tu futura pareja’ no se encuentra ahí, cada persona que conozcas cuenta con una red de 200 personas más. Saluda a todos, y sutilmente hazles saber que estás disponible”.

No te autocompadezcas

“Los bailes lentos son los momentos más difíciles para los invitados solteros en las bodas”, dice Diane Forden, editora en jefe de la revista Guía Nupcial. “Éste es el momento en que puedes encontrarte repentinamente abandonado/a en una mesa grande mientras que todas las parejas se lanzan a la pista de baile. Toma aire, levántate, y circula. Podrás encontrar a alguien en otra mesa con quien hablar o dar un paseo alrededor del lugar de la boda. Pero hagas lo que hagas, no te quedes sentado/a mirando tristemente a las parejas de baile, porque tu feliz estado de ánimo se desinflará al instante, mientras te pones a pensar en que sigues soltero/a.

Mantente entretenido/a

“Ve la boda como una oportunidad para arreglarte”, Forden dice: “En estos días de ropa casual, es divertido arreglarte como si fueras una estrella de la pasarela. Gasta un poco y consiéntete con algunos tratamientos en un spa, o cómprate un vestido y un par de zapatos nuevos. Los hombres pueden comprarse nuevo traje de etiqueta. El resultado será una elevación del estado de ánimo instantánea”. Y si te sientes solo o sola y distante durante la boda, trata de encontrar formas de convertir eso en una ventaja.

Cambia tu perspectiva

Hazme caso: cuando estás metida en una forma de pensar triste, autocompasiva y quejumbrosa, es fácil pasar por alto las miradas heladas, las risas forzadas y las quejas ocultas que muchas de las parejas “felices” tienen durante el evento. Mi propia estrategia para bodas a las que voy sin pareja es hacerme amiga de todos en la mesa. Después, cuando estoy en peligro de sentirme triste, pienso en todos los comentarios malintencionados, mientras me recargo en mi silla, tomo mi whisky y observo detenidamente el baile. Puede que no sea muy agradable ¡pero seguro que funciona!

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