A veces me pongo idealista y me gustaría ver más sonrisas, y más amabilidades. Me gustaría no ver papeles en el suelo ni personas paseando perros que hacen caca y que luego no embolsan ni se llevan. Que todos le hiciéramos la vida más fácil al de al lado. No implica gastar plata, a veces, ni siquiera tienes que sacrificarte, porque como dicen por ahí “no cuesta nada ser buena gente”.
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Me dicen que soy metida y copuchenta, pero si veo a alguien con algo que creo que puede ser un problema, ¡me meto!
El otro día una niñita lloraba. Se le habían quedado los deditos atrapados en el carro del supermercado. No salían. La mamá no atinaba a nada y el guardia con la mejor de las intenciones intentaba sacar los dedos de la niña de a poco, pero a la fuerza. Mi amiga dice “échenle crema” y se puso a buscar en su cartera. Recordé mi gel antiséptico para manos, lo saqué y le eché un chorro generoso. Los dedos salieron sin fuerza. Si no hubiera tenido gel, hubiera corrido al pasillo de las cremas.
¿Será que tenemos miedo de resultar molestos? ¿Será que pensamos demasiado en lo que el otro puede pensar de mí y demasiado poco en lo que el otro puede necesitar? ¿Acaso pensamos que involucrarse con el otro -ese que no conocemos- es algo malo y poco moderno?
Una mujer me vio cojeando en el centro y me pasó un parche curita. Se dio cuenta de que mis chalas habían roto mi dedo.
Si estás suscrito al diario, préstaselo durante el día a tu vecino jubilado.
Si tienes un desperdicio, no lo botes en la calle. Si vez uno,vence el asco y recógelo.
Si estás en la piscina y queda poco sol, muévete a la orilla para que alcance para todos.
Si ves que un niño tiene una pataleta, sorpréndelo diciéndole “hola”. La pataleta se le pasará de inmediato y su madre o su padre te lo agradecerán.
Si alguien llora en la calle y no tiene pañuelos y tú sí ¡pásale! No va a enojarse. Sólo va a sorprenderse y a calmarse un poco; tiene un problema menos porque al menos no tendrá que preocuparse de los mocos.
Es que a veces me pongo idealista y me gustaría que todos fuéramos un poco más copuchentos, metidos y molestos.