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Mamá, sabes lo que podemos tener en mi fiesta ¡roncola!

Resulta que “la rompe” servir alcohol en las fiestas de 15.

Para ser honesta, el diálogo fue el siguiente:

Ella: “Mamá, ¿sabes lo que podríamos tener en mi fiesta y que la rompió en el cumple de la fulanita el sábado pasado?”
Yo: “Claro, ¿qué?” (Ilusamente pensando en fuentes de chocolate, máquina de burbujas o algo así)
Ella: “roncola”

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Y mi cara se desfiguró, transmutó al desconcierto máximo y luego al enojo, porque no entiendo cómo una mamá puede servir ron a niños de 15 años. ¡15! No son grandes aunque se la crean y poco me interesa ser la mamá más cool de la vida con una tropa de cabros chicos que creen que “la rompen” con un roncola.

¡Roncola! Además. No es cerveza con limón de 2,5º ni ponche con un poco de malicia. Eso me habría hasta parecido conocido y relativamente respetable. Pero, ¿ron?. Por mucho que “fueran sólo dos vasos por persona y un centímetro de ron” la falta es la misma.

Ella me mira como si fuera un requerimiento válido. Yo, dentro de mi transmutación y deseos de encerrarla en la torre mayor, le explico las múltiples razones por lo que a mi parecer es un error servir copete en su fiesta de 15:

1.- Aunque es cierto que a esta edad van a empezar probar, no me parece que sean los padres los “facilitadores” del tema.
En una larga discusión en FB con mis amigos, muchos opinan que podría darles cerveza con limón de 2,5º o primavera suave. Pero creo que más que darles en el gusto, el deber de un madre es indicar el camino correcto, no?
Para mí el camino correcto para niños de 15 años son fiestas sin alcohol y hasta las 2am.

2.- Es ILEGAL. O sea, no es que a mí no más no me guste la idea. Es socialmente reprobable. La Ley 19.925 dice claramente:

Artículo 42.- El que vendiere, obsequiare o suministrare bebidas alcohólicas, a cualquier título, a un menor de dieciocho años, en alguno de los establecimientos señalados en el artículo 3º, será sancionado con prisión en su grado medio y multa de tres a diez unidades tributarias mensuales.

No obstante, se permitirá la venta, el obsequio o el suministro de bebidas alcohólicas a menores cuando éstos concurran a almorzar o a comer, acompañados de sus padres, a los recintos destinados a comedores.

Entonces, si una se pone rigurosa, en las fiestas de 15 los niños no vienen a comer y claramente no andan con sus padres. Por lo tanto, técnicamente, me podría ir presa.

3.- No conozco a todos los invitados y no tengo intención alguna en arriesgarme a un numerito. Quizás en uno o dos años, cuando la Fran quiera probar cerveza con limón o champaña con una que otra amiga, podrán hacerlo en la casa, tranquilas y a salvo. Facilitar alcohol a menores que no conozco, en un recinto que no es mío, es un descriterio.

Sí, soy una madre terrible. Sí, mis amigas dicen que soy una odiosa por no dejarla tener FB. Sí, le exijo que siempre haga su mejor esfuerzo cuando con nada le alcanza para promedio 5,8. Sí, creo en los límites.

No me interesa ser simpática, ni que sus amigos me quieran. Mi deber es ser su madre, poner las reglas básicas para que a sus 15 años vaya de a poco conociendo sus propios límites. Amigos hay muchos, pero tiene una madre.

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