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No quiero que baje la bencina

Sólo es fomentar el uso de los vehículos

Sí, leyeron bien. No quiero que baje la bencina, o más específicamente, no quiero que el Estado subsidie el valor. Ojalá el petróleo no estuviera en países donde los gobernantes deciden bombardear a su propia población, pero nada que hacer, ahí no más está. Ojalá inventaran un combustible a partir del smog. Nada que hacer tampoco.

Me vengo al trabajo todos los días en metro. Excepcionalmente, hoy me trajo mi madre en auto. No estoy de acuerdo con eso pero tampoco puedo obligarla a ella a andar en otra cosa, y si ya venía por el sector, mejor me vine con ella, obvio. Y claro que es más rico andar en auto.  Sólo hay beneficios: nadie te apreta, te asaltan menos, regulas la temperatura y hasta puedes cantar a todo volumen sin que nadie te mire raro. Los únicos dos problemas son: el taco y el alto costo de la bencina. ¿Cómo poder descongestionar la ciudad, entonces, si estamos ayudando a reducir el motivo por el cual muchas personas no andan en auto?

Mi hermana vive en Los Domínicos y trabaja en el centro, y simplemente se aburrió de gastar 200 lucas entre bencina y estacionamiento. (Aparte de los tacos -demoraba mucho más- y de que ahora se va leyendo) Un auto menos en las calles. Bingo.

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Es cierto que  taxistas, colectiveros  y medianos empresarios de camiones se ven bastante afectados por el alza de las bencinas. Pero el estado, al subsidiarlo, lo hace para automovilistas comunes y corrientes y lo que más me enoja, para vehículos 4×4 de alguien que tiene mucha mucha plata, o bien de alguien que por status prefirió comprarse un autote grande en 148 cuotas. Esos vehículos son los que me preocupan.

Hoy, mientras bajaba por Providencia, no podía entender por qué es necesario una de esas camionetas monstruosas en esa avenida recta y plana. Y esas sí que gastan bencina.  ¿A qué clase media estamos subsidiando?

No nos hagamos los lesos. Aunque sean catalíticos, los autos también contaminan. Aparte de fomentar la congestión, con estos subsidios, se fomenta la contaminación.

De todas maneras hay que regular cuál es la tajada de las empresas distribuidoras y refinadoras de petróleo. De todas maneras hay que estudiar cómo ir en apoyo de los colectiveros y de quienes en un futuro no muy lejano compren autoes eléctricos.

Finalmente, pienso que esa plata podría bien usarse en potenciar otros medios de transporte: hacer más metro, mejorar el Transantiago, arreglar las calles y las ciclovías. O por último, inyectar recursos a educación, a salud y a los emprendedores, para así mejorar de forma profunda el ingreso de las familias y de ese modo combatir la pobreza.

Yo manejo, y digo que prefiero la bencina así, aunque me cueste. Pregúntenle la opinión a quienes no tienen auto, no manejan y con suerte se han subido a uno unas pocas veces en sus vidas y que caminan varios kilómetros al día para algo tan simple como trabajar o estudiar. Les apuesto que les da lo mismo que suba la bencina.

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