Antonio Skármeta, por segunda vez, ha ganado el premio “Planeta- Casa de América” , por su novela “Días de arcoiris” inspirado en el proceso de la vuelta a la democracia en Chile a fines de los años ochenta. La historia trata de un publicista que es tentado a trabajar para la campaña del Sí, con grandes beneficios económicos, pero que termina haciendo la campaña del No. Con su particular estilo, que bordea entre lo ingenuo y lo optimista, Skármeta aborda los últimos momentos antes de la recuperación a la democracia. Así, estos 200 mil dólares (casi 100 millones de pesos chilenos) de premio se suman a los 700 mil que ganó en 2003, cuando recibio el mismo premio por la novela “El Baile de la Victoria”.
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¿Qué pasa con Skármeta?¿Por qué tiene tanto éxito?
Simple: la ha sabido hacer. Desconozco si tiene un mánager súper comerciante como el de Isabel Allende, pero Skármeta ha aprovechado su aspecto bonachón y cercano para tener ciertas pegas paralelas que le han permitido hacerse conocido (El Show de los Libros, por ejemplo), o escribir textos adaptables para el cine.
Los escritores que se escudan en cultivar un bajo perfil, generalmente no tienen éxito. Todos tenemos que vivir y todos tenemos que pagar las cuentas. Si podemos vivir del arte, tanto mejor. Pero el arte puro ya nadie lo compra, y los mecenas se anduvieron acabando hace rato ya.
En cuanto a su literatura, tuve la oportunidad de estudiar a Skármeta a través de sus libros de cuentos “El Entusiasmo” y “Desnudo en el tejado”. Sus historias y el modo que tiene de contarlas son prácticamente tangibles, con personajes queribles y entrañables, y temas basados en la realidad que juegan con la ficción. ¿O es al revés?
“Entre todas las cosas lo primero es el mar” es mi cuento favorito. En este hay dos primos que conversan de la vida, de los autos, de estudiar. Algo bien simple. Lo complejo es quizás adueñarse de esa simplicidad y darse cuenta que podemos ser lo que queramos y que hay que esforzarse, pero a veces es absolutamente necesario una pequeña dosis de algo que nos guste harto; algo que nos refresque y nos de impulso para continuar. En este caso, un chapuzón en el mar.
Pero bueno, el premio se lo ganó en buena lid y no hay nada más que hacer.