Ursulinas: Otra vez el silencio

Ayer nos enteramos que en el Colegio Santa Úrsula, de Santiago, le comunicó a inicios de mes a  los apoderados de sus alumnas que quien asumiría el cargo de Superiora del Monasterio sería Sor Ángela Gadner, la que también cumple las funciones de directora. Pero si alguien asume el cargo, es porque alguien se fue; y hasta ahora no tenemos certeza acerca de los reales motivos por los cuales Isabel Lagos, “Madre Paula”, fue removida de sus funciones.

Por una noticia aparecida anoche en El Mostrador, supimos también que el Vaticano está investigando a la religiosa “por temas relacionados con “abuso de poder, conductas impropias, manipulación de conciencia e irregularidades económicas´”. Además, se informaba que la independencia eclesiástica de esta institución educacional le impide a la autoridad eclesiástica emitir declaraciones o difundir mayor información.

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Me imagino que si no fuera algo grave, no la hubieran sacado del cargo, en el que llevaba 26 años, y menos la habrían enviado a “reflexionar” a Europa (lo que recuerda a otros casos religiosos). Además, si no fuera nada grave, el Vaticano no mandaría gente a investigar. Se entiende que la Iglesia tenga sus propias organizaciones y que no es llegar y pasar a llevar al otro “departamento” de la empresa. Pero lo que no se entiende es que el departamento en cuestión, o sea, la propia Congregación de Santa Úrsula, calle a la par que manda a Madre Paula a Alemania, país de origen de la congregación.

Por otra parte, no es de extrañar el cargo de “manejo de conciencia” en un colegio cuyo “ideal de mujer” es tan estricto y sesgado. De hecho, anoche a través de Twitter no eran pocas las ex alumnas de ese lugar que recordaban la rigidez disciplinaria que por años ejerció la Madre Paula con ellas.

Estaremos atentos a la carta que escribirá el Arzobispo de Santiago, Monseñor Ezzati, dentro de los próximos días y que el colegio será libre de difundir o no, y que en teoría explicaría más de la situacion y de los cargos exactos que se le hacen a la Madre Paula.

En otras palabras, todo debería ser cosa de tiempo. Días o semanas. ¡Pero qué fácil sería todo con menos silencio!