Yo prefiero la micro

Todos los días intento levantarme temprano para irme en micro al trabajo pero no siempre lo logro. Hoy por ejemplo tomé el metro y, como hemos hablado en otras ocasiones, fue un asco debido a los olores y un sacrificio tener que soportar que la gente te atropelle, te apriete, te miren feo y cuantas cosas más que tienes que pasar. Por eso prefiero mil veces tomar una micro que subirme al metro.

Es cierto que el Transantiago fue un completo fracaso en sus inicios, pero creo que ahora no funciona tan mal como antes. Comprendo que las personas que viven lejos de su trabajo prefieran el desagradable metro por un tema de tiempo pero quienes vivimos cerca deberíamos solo tomar micro. Es impagable poder respirar y no tener que pasar malos ratos. En la micro nadie se desmaya por asfixia.

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Cuando el Transantiago se puso en marcha la gente no entendía nada, no sabía que micro le servía y tenía miedo de perderse, entonces comenzaron a usar el tren subterráneo. Fue en ese momento cuando todo se fue a la cresta. Lo único bueno es que los buses se convirtieron en la mejor opción. Hoy después de cuatro años de implementado este cambio en el transporte público de la capital aún sigue siendo así. La gente se acostumbró y como sabemos les cuesta mucho cambiar sus hábitos así que ahora el metro es lo que eran antes las micros. Lamentable, pero para quienes descubrimos la nueva cara de las micros de verdad se valora la comodidad. Si el único problema son los tacos, pero si sales antes de tu casa puedes disfrutar tu viaje y no llegar a tu trabajo odiando al mundo por culpa del tipo que te empujó o de plano te insultó porque no avanzaste rápido por el andén.

Otro punto buenísimo es que puedes usar los buses tres veces y pagar solo una, o sea no hay donde perderse. También los hay expresos que son esos que recorren largas distancias sin parar en todas las estaciones. Creo que realmente las micros en este momento son la mejor alternativa para movilizarse.