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Cat Power sin el Power

La cantante no quería que le sacaran fotos

Como les contábamos, ayer se presentó en Amanda la cantante estadounidense Charlyn “Chan” Marshall, Cat Power. Agradecemos al Centro Cultural habernos invitado al evento auspiciado por una marca de colchones.

Yo no soy especialmente melómana, más bien por la dejación de conseguir música, la falta de costumbre de escucharla y ser muy apretada para ir a conciertos.  Realmente admiro a la gente que tiene el computador lleno de música ordenada por grupos y álbums y que ha asociado a la imagen de la portada del disco. Me entretiene ver a todos enchufados a sus audífonos a toda hora en la oficina y en el metro pero soy una persona más de gentes; o más de libros; en la oficina me gusta conversar, intercambiar ideas y eso, y en el metro leo y escucho las conversaciones ajenas piolamente; puede ser maleducado, pero es que es fascinante ver como cada persona es un mundo. Incluso cuando la gente no habla, me gusta observarla e imaginar como es su vida. Cosas de persona curiosa y obsesiva.

Ahora, eso no quiere decir que cuando escuche una canción que me guste no la disfrute, no suba el volumen y pregunte de quién es aunque a los 5 minutos se me olvide. Los nombres no son mi fuerte. Así que cuando muchas veces escuché en la radio a Cat Power, dije, mish, esta chica se las trae. Y cuando me dijeron “viene Cat Power” no supe quién era y le pregunté a You Tube. Ahh, ella es; qué bien canta! Muy agradable para escuchar. Qué rico que la voy a ver en vivo, pensé. La mayoría de los asistentes no eran fans, sino invitados al evento por la mentada marca de colchones, a la que guapas en vestido strapless rosado les ponían una pulsera.

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Me hubiera encantado escribir un artículo entretenido. Me hubiera encantado contarles la bonita voz que tiene Cat Power, la fuerza de su presencia y lo fanático de sus fans. Lamentablemente, poco podré escribir de ello. ¿Por qué? La cantante se demoró más de una hora y quince minutos en salir.

Tuve la excelente idea de elevarme 10 cm en tacos para ver mejor el show, y poder sacar fotos pensando que sería breve y entendiendo que tampoco me quedaría todo el tiempo, ya que estaba sola, resfriada y hoy tenía que levantarme temprano. Los zapatos son cómodos;  hasta he salido a bailar con ellos y no he tenido problema; pero nunca los había probado en posición  macetero, o sea, sin moverme.

En general nunca tengo problemas para esperar, mientras tenga mi libro y aire para respirar. Pero como ya sabemos, el ex cine no se caracteriza por una ventilación excelente y eso no importa cuando uno está bailando pasándolo chancho. Cosa imposible con la música que pusieron de espera; algunos covers de Sinatra y otras músicas para-escuchar-mientras-trabajas. Tuto. Dolor de pies. Empujones.

Mientras esperaba, comencé a conversar con unos fans quienes no podían creer que yo no fuera fanática acérrima de la cantante. Les brillaban los ojos de ilusión y sus poros expiraban ansiedad y emoción. “Si Cat Power dice que quiere dormir 8 horas y volver, la espero” dijo uno. Entre medio, y contradiciendo la insistente indicación del relacionador público de que sólo se podrían tomar fotos durante las 2 primeras canciones, la animadora o administradora del CCA agarra micrófono y dice “Se recuerda que está estrictamente prohibido sacarle fotos a la artista”. La respuesta del público no se hizo esperar. Chiflidos y “zaaaa” fue lo más suave que se le dijo. Yo no pude sacar muchas fotos, pero les dejo este link de nuestros amigos de Lupa

Cada cinco minutos, una nueva ronda de chiflidos. Gente moviéndose en el escenario, un extraño ser con poncho que luego resultó ser el baterista y otras gentes ponían botellas de agua mineral y luego las sacaban para sacarles la etiqueta para que no cacháramos la marca (Como si la característica forma y el color de la tapa no las delataran de inmediato). Los instrumentos estaban puestos qué rato y francamente no entiendo por qué se demoró tanto: No podía echarle la culpa ni al avión, ni al taco, ni a la seguridad, ni al exceso de gente. Conversé con el RP del centro cultural quien me dijo que, efectivamente, no había ningún motivo de fuerza mayor que le impidiera a la artista aparecer. “Lo que pasa es que ella es muy sensible, no sé, le complicaban las cámaras… es que ella es diva, se hizo esperar”.

Una cosa es ser diva, como Elizabeth Taylor quien llegó tarde hasta a su propio funeral. Pero Taylor lo hizo quince minutos. No noventa. La otra es, derechamente, ser varsa. Sorry que lo diga, quizá sus fans me van a odiar; pero ya que no soy fan, puedo ser un poco más objetiva y todos con quienes hablé que no la conocían o que la conocían pero no la aman, me entendieron perfectamente cuando luego de media canción, me fui. No me daban más los pies, tenía sueño, resfrío y además estaba estacionada donde una tía a la que no podía molestar demasiado tarde. O sea, al otro día es martes.

Cuando efectivamente salió, lo hizo en una pinta que yo no usaría ni en la casa (o sea tampoco se estaba arreglando) con cara de apestada, nerviosa, sin saber qué hacer con las manos y un visible carrete previo en el cuerpo. Sólo esbozó una pequeña sonrisa y nada más. Sólo le tomé un par de fotos, no fuera a ser que sus fans me pegaran por molestarla, grabé un video (nadie dijo que no se podían tomar videos)  y me largué.

Charly García, Gun´s and Roses, Dante Spinetta, y otros  hoyos del queque divos se han caracterizado por  salir al escenario tan tarde que la gente de la agencia ha tenido que ser arriero y cual carabinero dentro de la cúpula, echar a los artishtash al escenario. Si se quieren pintar una uña fucsia, tener amantes por montones y drogarse con la droga de un cartel entero, allá ellos. Pero que no se caguen a sus fans. En cierta forma, son sus jefes, y sin ellos no serían lo que son.

¿Qué onda?

Para ser médico, hay que estudiar mucho. Para ser camionero, hay que estar solo. Para ser obrero, hay que saber usar herramientas. Para ser vendedora, hay que ser simpática. Para ser periodista, hay que tener cuero de chancho y para ser cantante hay que subirse a un escenario. Tampoco eres la Mona Lisa para prohibir que se saquen fotos (y ni la Mona Lisa está excenta). ¿Creerá que le robaremos el alma?

No creo que a mi jefe le agradara que yo llegara tarde porque el sol salió muy tarde, o porque me doliera el pelo o porque me diera sustito las micros. Aunque fuera premio nobel de literatura, hay cosas que son simplemente inaceptables. Seré cuadrada, estricta y todo lo que quieran, pero si hay algo que me enseñaron de chiquitita es a respetar a los demás y cumplir con mis compromisos pase lo que pase.

¿Tan seca es Cat Power que puede dejar esperando noventa minutos porque le dio la chiripiolca?

Les dejo un video de su entrada.

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