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De vez en cuando, es bueno detenerse

No todos los días se nos presenta la oportunidad

Independiente un osea o no católico o creyente, esta es una excelente oportunidad para pensar. Muchas veces, con el ajetreo del día a día, el cansancio, el tiempo libre que termina siendo llenado por el trabajo, las labores domésticas o actividades como ver tele, leer, jugar juegos de video o enfrentar situaciones sociales, no nos deja tiempo para reflexionar.

Hoy, si nos fuimos fuera de Santiago; no tenemos nada que ordenar ni limpiar; si nos quedamos, muchos se fueron. El día no está como para salir a andar en bicicleta o a trotar, el mall está cerrado.

¿Estoy contento con mi vida?¿Qué cosas me molestan?¿Qué puedo hacer para cambiar esas cosas?¿Qué es lo que realmente tengo que aceptar no más porque no puedo hacer nada al respecto?¿A quiénes estoy dejando de lado?

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¿Estoy siendo quien realmente quiero ser?¿Estoy siendo con los demás como realmente me gustaría?

Con el cuerpo descansado la mente puede moverse más fácil; no es necesario ser ágiles de mente para pensar en qué nos ocurre.

No escribo nada más, porque quiero dejarlos tranquilos, para que puedan pensar.

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