Tengo miedo

Tengo miedo de que las veces que no me chocó un vehículo que iba en contra del tránsito, se pasen, y la próxima vez que ello ocurra, sí me choquen. Tengo miedo que se pasen una luz roja.

Tengo miedo de que cruzando la calle en una esquina, como me ocurrió ayer con una amiga, una camioneta gigantesca doble a toda velocidad y en vez de tocarme la bocina, me atropelle.

Tengo miedo de que, cuando estoy en el metro, como ocurrió la semana pasada, no me de cuenta de cuando un tipo, sutilmente, con una chaqueta en su brazo, abra mi cartera. Tengo miedo de no mirarlo a los ojos (como hice) y decirle (como le dije) “Qué hueá” y mirarlo tan feo (como lo miré) que se hizo el hueón y se bajó en la estación siguiente.

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Tengo miedo de que mi pololo, manejando cansado, se quede dormido y choque y se mate.

Tengo miedo de quedarme sola en mi casa en la noche, que se meta alguien o álguienes sigilosamente a la casa, me corten el cogote y no alcance yo a gritar.

Tengo miedo que camino al metro, en mi calle oscura me intercepte alguien con un cuchillo, me obligue a entrar a mi casa y nos deje en pelotas y muertos o apaleados.

Tengo miedo a que en la calle, en el metro, me toquen, que se exciten con mi cuerpo y se masturben “piola” y que nadie diga nada, y que nadie me avise, y que nadie haga nada.

Tengo miedo a no poder tener hijos. Tengo miedo a tener hijos y que no sean sanos. Tengo miedo a tener hijos y que los mate un delincuente, un loco o un asesino.

Hay tantas cosas que nos dan miedo a las mujeres. Es cierto, le podemos tener miedo a –comparado con lo anterior- tonteras como perder el trabajo, quedarnos sin pareja, que se nos caiga el poto y las pechugas, que alguien tenga el mismo vestido que nosotras en una fiesta, que se nos quede el vestido enredado en los calzones y salgamos del baño a poto pelado.

¿Y tú, a qué le tienes miedo?