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Jamaicana al borde de la muerte por bombas lacrimógenas

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En honor a la marcha de hoy, a las casi dos horas de transmisión en directo de los “desordenes” generados por una pequeña cantidad de “manifestantes violentistas”, y por lo mismo, al exceso absoluto de medidas represivas (que se suponen necesarias para disuadir a estos pobres pelagatos con piedras) les cuento una muy entretenida anécdota.

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Una  amiga jamaicana con quien hacemos un postgrado, un día cualquiera dormía una siesta, feliz, como solo los seres nacidos en la magistral isla pueden serlo. De pronto, despierta sobresaltada con una sensación de ahogo increíble, con taquicardia, llorando, a punto de morir. Al menos eso era lo que pensaba… trató de levantarse, desorientada y ve a su gatito Slipy, moviéndose de un lado a otro, angustiado…  Desesperada, llama a su novio para pedir auxilio. El novio, un chileno bien conocedor de Chile le pregunta ¿el ventanal está abierto? Si… Ve a cerrarla de inmediato, le dice. Ella corre y luego pregunta, ¿por qué? Hay protesta y  vivimos en Plaza Italia.

¡Obvio! Síndrome lacrimógena. Ella no entiende nada y recibe, dócil, las instrucciones de su hombre para aliviar esa enfermedad contraída en Chile y espera su llegada para pedir las debidas explicaciones.

Ya calmada,  sorprendida y lúdica, me cuenta su traumática experiencia. Y me pregunta, ¿Por qué los “pacos” hacen eso? Yo, sin saber muy bien cómo responder, le conté que esas técnicas de “disuasión” son propias de las metodologías utilizadas por las fuerzas de orden. No, me dice ella. Son propias de las fuerzas de orden chilenas, en Jamaica jamás pasaría esto. La gente no lo permitiría.

Este mismo  tema de conversación había surgido con  otros extranjeros del máster, y he tenido que tratar de explicar, con manzanas, que si un grupo de  manifestantes no acepta disolverse en el momento que carabineros lo ordena, o unos cuantos provocan “desórdenes”, lo “normal” es el uso del “guanaco” (carro lanza agua) y  gases  lacrimógenos. Lisa y llanamente no entienden. No es parte de lógicas de ciudadanía que han aprendido, no conciben estas prácticas en una “democracia” como la que dice tener Chile.  Definitivamente, ven estas costumbres como una bestialidad. Los entiendo. Y comparto su opinión.

Si observamos con atención como actúa la policía en los diferentes países de Europa, lo más parecido a una democracia consolidada de lo que conocemos, nos daremos cuenta de que estos métodos de represión, en verdad, son el último recurso utilizado para  negociar con legítimos manifestantes. Es muy simple, sólo hay que poner un poco de seso al visionado de  noticias y tal vez contrastar con algún medio alternativo, y de pronto veremos una imagen de país muy distinta a la que acostumbramos,  que ha estado velada gracias a la normalización de la violencia institucional con la que hemos crecido. Hagan el intento, prometo resultados.

Y como una conversación concienzuda con la bella jamaicana siempre termina en una risotada, soy generosa y les cuento una figura que ella usa habitualmente… en Chile acostumbramos a tomar sopa con tenedor y comer arroz con alfileres… todo lo complicamos absurdamente, y absurdamente, también, no nos atrevemos a reclamar por lo que queremos. Jamás lo entenderá y yo tampoco.

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