Me perdí el preestreno y me estoy muriendo de ansiedad. A estas alturas para nadie es un secreto que Harry es mi mejor amigo literario, aquel que me acompañó desde los 11 años y se convirtió en compañero de mis distintas etapas, un compañero fiel que iba viviendo cosas que yo también.
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Aunque yo no sea bruja, para mi pesar, no haya podido estudiar en un colegio tan genial como Hogwarts de Magia y Hechicería, no haya tenido profes que intentaran asesinarme, o que se transformaran en gato, no soy huérfana, ni sé volar en escoba, y tampoco soy estrella del quidditch, hubo siempre mucho de Harry en mí. Me sentí como él muchas veces incomprendida en un mundo que me parecía ajeno, fui una niña solitaria hasta que llegué a un grupo genial, como mi propio Hogwarts, donde al igual que él, hice amigos de verdad.
Qué decir de mi querida Hermione Granger, nunca me había sentido tan identificada con una heroína literaria, ya que solían tener características que las hacían perfectas, amigables, hermosas y rodeadas de gente. En cambio Hermione, como yo, tenía sus varios defectos, mucho pelo, como yo, dientes grandes, como yo, y era una sabelotodo insufrible… sí, como yo.
Otros personajes no se me parecían tanto, pero a todos los quise mucho, incluyendo a Snape, de cuya lealtad dudabas durante toda la saga, Neville, capaz de superar sus más profundos miedos, Ginny, una bruja sequísima, Ron, que siempre me hizo reír más que nadie, y por supuesto Fred y George, mis ídolos for ever, que me hicieron odiar mucho a J.K., pero no diré más porque sé que algunas de ustedes no han leído Las Reliquias de la Muerte.
Yo sí lo leí, y un par de veces al menos, como me pasó con todos los otros libros. Y de hecho, estas últimas semanas me he dedicado a recapitular, leyéndolos todos, viendo una y otra vez las películas, sin aburrirme. No es que esté de duelo, aunque en cierto sentido sí, se acaba una etapa de mi vida, aunque me tilden de exagerada. Es que no todos tienen algo que los marque desde tan chicos, una pasión que te dure unos 12 años, más de la mitad de su vida.
No sé si con esta peli muera Harry, yo creo que sus fans lo seguiremos sintiendo vivo como el amigo que es, porque si fuera por morir, habría muerto con el libro, mucho más detallado y profundo que las pelis. No obstante en pantalla, podemos ver lo que imaginamos, comprobar las diferencias y celebrar las coincidencias.
Hoy veré la película, la última de Harry por primera vez en el cine, y sé que se acaba una etapa, estoy preparada para reír a carcajadas, llorar- probablemente en cierta parte me dé un ataque- , celebrar la venganza y la victoria. Me enterneceré con el epílogo y luego aceptaré que ya no habrá más. Y al final, agradeceré haber sido parte de esto, porque esta saga a muchos nos traspasó bastante de su magia, nos traspasó valores, nos enseñó a aceptar lo maravilloso de cada etapa, y que cualquier cosa, cualquiera, es posible si se tiene fe y buenos amigos.