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Los antojos y las emociones parte 2: dulce tentación

¿Qué pasa cuando no puedes dejar de pensar en helados, galletas o chocolates?

Ya les contaba en la primera parte de este artículo, de ciertos antojos por algunos alimentos determinados y cuál era la emoción que estaba provocando, pero lo más importante, cómo podíamos reemplazarlos con algo similar pero saludable. Recuerden de todos modos, que lo mejor es solucionar el problema emocional que nos aqueja.

Les diré qué nos pasa cuando queremos comer…

Algo cremoso: Cuando nos sentimos ansiosas, inseguras, avergonzadas y culpables, queremos comer helado, queso o cosas suaves, porque nos relajan y confortan. La colina, una sustancia encontrada en la leche, tiene un efecto calmante en el cuerpo. La leche además contiene L-tryptophan, que combinada con carbohidratos aumenta la producción de serotonina, que crea una sensación placentera de sentirse bien. Además, el azúcar en los productos lácteos puede subir la energía y el ánimo.

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  1. Solución: ralla una manzana como si fueras a dársela a un bebé;  o sea, haz una especie de puré con ella y endúlzala con sucralosa. Si quieres, agrega canela. Ya tienes algo cremoso y dulce. De lo contrario, prueba con un vaso de leche descremada o un yogurt dietético.

 

Carbohidratos:

Cuando nos estresamos, nuestro cuerpo asume que estamos en peligro y que necesitaremos medicina para el dolor. El cerebro produce la hormona cortisol para anestesiar el dolor. A su vez, el cortisol estimula la producción de otro químico cerebral llamada Neuropéptido Y, lo que aumenta los antojos por carbohidratos.

Si comemos carbohidratos respondiendo a esos antojos, es más posible que ganemos peso, porque el Neuropéptido Y y el cortisol, siguen pensando que el cuerpo está en peligro, ordenándole al mismo que acepte cualquier exceso de grasa corporal.

  1. Solución: no se me ocurren muchas; quizá reemplazar las harinas refinadas por algunas integrales, pero sobre todo, intentar calmarnos antes de comer, para que nuestro cuerpo no lo absorba todo.

Galletas y pasteles:

Los antojos por carbohidratos dulces son similares a los anteriores, pero un antojo por dulces, pasteles y caramelos, reflejan un deseo de contención y seguridad; pero también puede ser una resistencia a hacer algo que no quieres hacer. Los antojos pueden ser particularmente fuertes si cuando niña te los daban como recompensa. De hecho, cuando agarras una galleta o un trozo de pastel, lo que en realidad estás diciendo, es “necesito un abrazo”

  1. Solución: cada vez me quedan menos soluciones. ¿Sucralosa nuevamente? ¡Ideas por favor!

Chocolate: ay no. Esto sí que es complicado. El chocolate contiene feniletilamina, que es la sustancia que tu cerebro crea cuando está sintiendo amor romántico. Es por eso que muchas acudimos al chocolate cuando nos rompen el corazón o cuando queremos que nos apapache un galán. Como tiene bastante grasa, el chocolate nos ayuda con la soledad, vacío o inseguridad; mientras la textura puede ser cremosa si necesitas contención, o crujiente si estás enojada.

El chocolate, también contiene una sustancia similar a la serotonina llamada difenilamina, que promueve los sentimientos de calma y a la vez sube el ánimo.

Por último, el chocolate contiene pirazina, un químico encontrado en el olor del chocolate que activa el centro de placer en el cerebro.

  1. Solución: la soda de jengibre y la leche de soya tienen un alto contenido de tiramina que puede ayudarnos. Esto no se me ocurrió a mí, sino a la persona que escribió el artículo. Yo no puedo vivir sin chocolate.

En un mundo perfecto, lo ideal sería solucionar todos nuestros problemas para así nunca tener antojos. Pero este mundo está lejos de la perfección.

¿Cuáles son los antojos de ustedes?¿Cómo los calman?

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