Me encanta la repostería. La verdad es que soy pésima para preparar comida salada. El arroz no me queda muy bien y la verdad, es que me da lata. Pero hacer cosas dulces me fascina. De hecho quienes me conocen sabes lo mucho que me gusta e incluso para mi cumpleaños me regalaron un set de moldes para pasteles y unos libros. Aún no los estreno, pero planeo hacerlo.
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Una de mis especialidades es el kuchen de nuez y si bien no soy una cocinera reconocida en el medio, de todas formas les pasaré mi receta. La primera vez que lo cociné fue de regalo de cumple para un pololo. Lo amó y creo que lo dejé aún más loco por mí.
Necesitarás:
Masa: 2 yemas, 2 taza harina, 100 gr. Margarina, 1/2 taza azúcar (flor)
Relleno: 400 grms de nuez (molida), 2 tarros leche condensada, 2 cucharadas grms. de Margarina
Preparación:
Primero haz la masa. Pon en un bol todos los ingredientes secos, haz un orificio en el centro y pon la margarina a temperatura ambiente junto con las dos yemas. Amasa hasta tener una mezcla homogénea y que no se pegue en tus manos. Ponlo al horno a 180 grados por 20 minutos. Luego retírala.
Para el relleno, pon las nueces picadas junto a un tarro y medio de leche condensada (yo soy bien glotona por eso le pongo tanto) y la margarina en una olla para calentar al fuego. Revuelve la mezcla hasta que se ponga un poco cafecita y retira. Luego pon la mezcla sobre la masa y vuele a dejarlo en el horno hasta que se doren las nueces.
Listo. Es exquisito, un poco relajante, pero increíble para la hora del té.
Si la haces, cuéntame cómo te queda.