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Celebrando año nuevo a lo mexicano

Ya es la mañana del último día del año y como ya es costumbre, preparo todo para la celebración de la noche.

Por Lorena Rodriguez

Nunca he sido una persona de supersticiones y amuletos, pero encuentro muy divertidas todas las actividades de la medianoche de nochevieja y año nuevo.

Un par de calzones rojos para el amor, una maleta para recorrer darle una vuelta a la cuadra – con la esperanza de que el 2012 sea un año lleno de viajes – y por supuesto, la quema del Año Viejo.

El Año Viejo es un muñeco hecho de trapos y ropa vieja, con cohetes y fuegos artificiales para despedir todo lo malo y lo viejo del año. Es de lo más divertido construirlo y pensar en todas las cosas que quisiera que se vayan –se quemaran – con él. No es que sea piromaníaca, pero si alguna vez lo han hecho, saben lo simbólico que es quemar algo que jamás quieres volver a ver.

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Justo a media noche, brindaremos comiendo 12 uvas  – una con cada campanada que anuncia la llegada de la medianoche y el año nuevo. Después de eso, saldremos a prenderle fuego al Año Viejo y terminaremos el ritual con el pasaje de las maletas.

Puede parecer como demasiadas cosas por hacer, pero realmente cada una tiene un significado importante y se deposita en ella la esperanza de que el año que viene sea mejor que el anterior.

A diferencia de la Navidad, la cena de año nuevo no es tan abundante ni complicada. En este caso comeremos un poco de bacalao y romeritos preparados con la tradicional salsa de mole, un poco de sándwichón  (mezcla licuada de jamón, queso, pimiento morrón y mayonesa con capas de pan blanco, cubiertas de queso crema) y ensalada de frutas. Y, por supuesto, champaña. 

Es muy emocionante pensar que llega un nuevo año pero también llega la nostalgia del año que se va. Sin importar qué sentimiento predomine, espero que pasen una linda noche.

Y no olviden ponerse sus calzones rojos.

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