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Chile: Club de golf discrimina a empleadas domésticas

No tienen acceso a ciertas dependencias del lugar y deben andar “debidamente uniformadas” para reconocerlas.

Hay cosas que definitivamente no entiendo. Si bien comprendo que todos los seres humanos somos distintos, ya que no tenemos el mismo pensamiento ni tampoco los mismo gustos, no logro aceptar que por ser diferentes se discrimine.

Hace algunos días me sorprendí al saber que el Club de Golf Brisas de Chicureo le envió una carta a todos sus socios con el fin de recordarles ciertas instrucciones sobre sus empleadas domésticas. El escrito decía: “Debido al aumento de niñeras en el sector piscina, les  recordamos a nuestros socios el Artículo Nº21: los niños menores de 8 años sólo podrán frecuentar el club  acompañados de sus padres o hermanos mayores… En caso de utilizar espacios externos -juegos, jardines o canchas de tenis- la administración especifica podrán ser acompañados por nanas o niñeras y éstas deberán vestir su uniforme o tenida que las identifique como tales…En la piscina, la regla establece que sólo podrán ingresar a ese sector los socios, su grupo familiar y los invitados de éstos.

Y ¿qué pasa si los socios quieren invitar a sus empleadas? ¿Qué problema hay que ellas estén en el lugar? A los dueños de este recinto ¿no les da vergüenza redactar una carta así? Realmente no puedo creer que exista gente tan discriminadora. Si bien entiendo que cada lugar tenga su derecho de admisión para casos como personas borrachas, gente agresiva, problemas de lenguaje, entre otros, este caso no me cabe en la cabeza.

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Para mí las empleadas domésticas son tan importantes como un miembro de la familia, por lo menos así me lo enseñaron desde pequeña. Siempre hemos almorzado todos juntos, nos llamados para los cumpleaños, fiestas de fin de año e incluso con mi “nana” como les llamamos en Chile, conversamos hasta de hombres y nuestros problemas personales.

Hoy con mi hermano vivimos solos y si no fuera por ella mi casa estaría siempre en caos. Nuestra “nana” nos organiza la comida, la ropa e incluso hasta arregla algún artefacto en mal estado si es que lo necesitamos. Además, nos trata como si fuéramos sus hijos y eso es lo que más agradecemos. Sí, yo le doy las gracias por no hacer la diferencia entre su familia y yo. No es al revés la cosa.

Ante este conflicto, un hijo de empleada doméstica redactó una carta para este club, donde dijo, por ejemplo: “¿ustedes tienen idea lo que es ser nana? ¿Saben lo que es levantarse a las 6.30 de la mañana y recorrer la ciudad por atenderles, llegar allá y recoger la ropa sucia (y las vergüenzas del día anterior), hacer la comida (a veces improvisando porque la señora “trajo gente a comer”), hacer el aseo de la casa hasta dejar impecable, volver a recorrer otras dos horas de camino, hacer el aseo de su casa, cocinar para el día siguiente, atender a los hijos y dormir muertas de cansancio?”.

No puedo creer que aún existan personas que sean felices de vivir en su burbuja. Que no sean capaces de abrir los ojos y ver un poco más allá de su nariz. Gente como los administradores del Club de Golf Brisas de Chicureo, que le restringen el acceso a personas que muchas veces dejan de lado sus vidas por servir a otros.

El tema llegó tan lejos que esta mañana el diputado DC Gabriel Silber, junto a Ruth Olate, presidenta del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular y un grupo de afectada presentaron un recurso de protección contra club de golf por normas discriminatorias.

¿Qué opinas de esto?

 

 

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