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Qué hacer si tu hijo llora cuando lo dejas en el colegio

Hablamos con la Directora de la Escuela de Psicología Humanista Transpersonal de la Universidad del Pacífico para que nos diera soluciones.

Desde pequeña jamás me gusto ir al colegio. De hecho, hace pocos meses mi papá me contó una anécdota. Como me costaba tanto trabajo levantarme temprano, algo que mantengo hasta hoy, mi papi iba una y otra vez a la pieza para sacarme de las sábanas. En una no aguanté más y le dije “no quiero ir al colegio, para qué voy a ir si no sé ni leer”, mi papá entre risa y ganas de abrazarme, tuvo que contenerse y sacarme de la cama tomándome en brazos.

Para muchos estudiantes es una tortura despedir las vacaciones y para los más pequeños y los que por primera vez ingresan al colegio, debe ser aún más complejo, sobre todo por el tema del desapego a los padres. Es por eso, que hablamos con Mariana Fagalde, Directora de la Escuela de Psicología Humanista Transpersonal de la Universidad del Pacífico, que nos dará algunos tips para superar este problema.

Quedan pocos días para entrar a clases, ¿cómo pueden los padres trabajar el proceso de desapego en los días que quedan?

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Es recomendable ir realizando un proceso de cierre del período de vacaciones, lo que implica ir ajustando los horarios y tipos de actividades paulatinamente. Ir conversando con los hijos acerca de lo vivido en este período. Al mismo tiempo, se sugiere ir anticipándose a la idea de “volver a clases”, conversando acerca de qué implica este nuevo año escolar: reencuentros, amistades, diversión, aprendizajes, deporte, levantarse temprano, transporte, etc.  Se sugiere que las conversaciones se desarrollen en un clima agradable, de confianza y tranquilidad, en el cual los niños y niñas puedan expresar sus propios pensamientos, creencias, ansiedades, tristezas , y éstos sean escuchados, acogidos y validados por sus padres, mostrando siempre el lado favorable de ir creciendo mientras se tiene acceso a la educación. ¿Qué es lo bueno de ir al colegio? Podemos ser muy creativos al respecto, y los niños y niñas, más aún!

¿Qué errores comenten los padres para que este desapego sea más complejo?

En general, se perturba la sana adaptación y desarrollo del niño cuando las ansiedades y preocupaciones de los padres se transmiten de manera invasiva  hacia los niños. Es importante que los padres cuiden su propio estado emocional, que sean al menos conscientes de sus propios temores e inquietudes, para que no los transmitan inconscientemente a sus hijos. Para ello se recomienda simplemente crearse algunos momentos en el día para reflexionar, centrarse en un mismo, en las emociones, y conversar con personas cercanas que nos ayuden a clarificar nuestras emociones. Un segundo error es descalificar las emociones que el niño expresa. Esto se hace con una muy buena intención y sin mucha consciencia, con el fin de negar los sentimientos más difíciles y promover los más agradables. Sin embargo, para favorecer la elaboración de los sentimientos que nos provocan mayor malestar, es necesario atender a ellos, escucharlos, conversarlos, validarlos y luego ampliar paulatinamente la mirada hacia los aspectos más agradables de toda situación.

¿Cuál es la mejor actitud que pueden tomar los padres, para hacerles este trabajo más simple a sus hijos en aquellos primeros días?

Es importante que los padres acepten que es un momento “sensible”, al que tenemos que dedicar algo más de tiempo quizás, de atención, de cariño. Se trata de un tránsito de un lugar a otro, y bien resuelto, permite el sano crecimiento del niño. Para ello se recomienda estar más disponible para el niño, escuchar sus pensamientos y validar sus sentimientos. Se sugiere también transmitirle al niño anécdotas, historias y creencias propias que lo ayuden a entender de qué se trata la educación formal, cómo vivirla, cómo transitarla. Es un excelente momento para compartir con los padres las propias fantasías, ideas y emociones;  y recibir de ellos su propia sabiduría, la cual puede ser muy simple, y por ello mismo, sabia.

Por lo general, ¿cuál es el perfil psicológico de los niños que tienen tanta “maña” para soltar a los padres ese primer día, y cuál es el de los padres?

Con respecto a la reacción de los niños al ingreso al colegio, no existen perfiles que permitan explicarlas. La reacción depende tanto de las características de personalidad, como del ambiente escolar y familiar, del estado actual del niño – en las diversas áreas del desarrollo- y de las estrategias que se implementen. Al respecto existen mitos que es importante desacreditar para no proyectar sobre el niño comportamientos que tienen que ver más con estigmatizaciones que con la reacción espontánea del niño.

En lo práctico, ¿qué actividades o recursos externos se pueden ocupar para que el niño vaya desapegándose?

Quizás lo más importante para los padres es tomar consciencia que son los padres los que deben desapegarse de sus hijos, y soportar las angustias y penas que la separación les genere. El problema no es que el niño se quede llorando –eso es bastante frecuente, sano y normal-; el problema es que los padres no soporten que se quede llorando. Luego es fundamental confiar en los educadores y buscar apoyo en ellos, sumándose a las estrategias que ellos implementan. Finalmente, expresar el afecto y no condicionarlo al buen comportamiento, validando las reacciones del niño como estrategias legítimas que él tiene para ir adaptándose paulatinamente a esta nueva realidad.

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