Es típico cuando una amiga o alguien nos confiesa algo muy secreto y hay que callar. A veces son situaciones tan extremas o complejas, que terminan por agotarnos físicamente e incluso atormentarnos. De hecho, mi mejor amiga tuvo que lidiar con el secreto que mis papás se habían separado mientras estábamos juntas de vacaciones y para ella fue del terror.
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Según un estudio, el guardar un secreto tendría repercusiones físicas. La investigación da luces sobre cómo se siente una persona al conocer los secretos más íntimos de alguien, razón que explica el porqué de algunos terminan por divulgar la información tan rápidamente.
El informe fue realizado por la Universidad Tufts, Boston, asegura que la carga emocional de un secreto causa un evidente desgaste físico y hace que las tareas cotidianas se perciban como algo mucho más intenso.
Claramente hablamos de secretos muy importantes. Por eso a las personas estudiadas se les pidió que pensaran en secretos muy importantes e inconfesables. Luego se les mostró la fotografía de una colina que, potencialmente, tendrían que escalar. Las primeras consideraron que la pendiente del cerro era de 33 grados, mientras que el resto, quienes guardaban el secreto, consideraron que era de 46 grados, es decir, más empinada.
Además, se concluyó que las mujeres no son capaces de guardar un secreto por más de 48 horas y que sólo un 10% de las personas son capaces de mantener un secreto para siempre.
Expertos recomiendan que lo mejor que se puede hacer para alivianar esa tensión que se genera por el exceso de cortisol, es escribir el secreto en un papel y luego quemarlo, así no quedas como poco confiable.
Y tú, ¿puedes guardar un secreto?
Fuente: The physical burden of keeping a secret: How everyday chores seem harder if you’re keeping something under wraps, (dailymail.com.uk)