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¿Por qué ellos no quieren tener sexo?

Hablamos con un experto que nos dio razones y soluciones.

Muchas veces nosotras no hemos querido tener sexo y decir, “no, hoy me duele la cabeza, es algo normal”. Pero cuando ellos no quieren lo vemos pensamos que es raro e incluso nos pasamos películas pensando en que quizás él tiene  a otra porque o ya no lo excitas o lo aburriste o te dejó de amar.

Hace un tiempo hablábamos que esto se daba por estrés, cansancio e incluso por pequeñas peleas. Pero para ir más allá, hablamos con Francisco Moreno, sicólogo de la Universidad Católica, experto en estos temas.

Que un hombre pierda el deseo por una mujer es mucho más común que lo que se cree. Es el resultado de tener sexo una y otra vez, lo cual a la larga lleva a una sobre estimulación del circuito placer/recompensa del cerebro. En ese momento, la dopamina, la hormona que nos hace sentir entusiasmo sexual (hormona responsable de las adicciones también), sufre una baja importante, haciendo que no sintamos deseo por un buen tiempo. Las investigaciones también aseguran que la prolactina, una hormona que inhibe el deseo sexual, aumenta.

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Normalmente, de todas maneras, un hombre podría recuperar su deseo sexual en unas pocas semanas. Pero se dan los casos en que puede pasar mayor tiempo. Aquí estaríamos suponiendo que hay factores emocionales que están influyendo. Por ejemplo, los celos de la pareja son -en la mayoría de los casos- algo que disminuye la libido. Los conflictos, la incomprensión, la falta de cariño, o la excesiva rutina, son todos factores que disminuyen la libido.

Los neurotransmisores involucrados en la pérdida del deseo sexual hacia la misma pareja, se desencadenan con el clímax o descarga sexual. El clímax es mucho más frecuente en hombres, por el hecho de que el 99,9% de los hombres eyaculan al tener relaciones sexuales, de modo que un desgaste mayor los afecta. Pierden el deseo con mayor frecuencia, no obstante son capaces de seguir manteniendo relaciones sexuales de modo rutinario, de baja calidad, sólo por demostrar su hombría, por cumplir, o por obtener un placer breve. Aún así, muchos hombres con el tiempo, bajan la frecuencia de sus relaciones porque se sienten cansados después de una relación sexual, y prefieren abstenerse. Lejos de lo que se piensa, que los hombres puedan mantenerse eyaculando constantemente toda una vida, no es sustentable, y tarde o temprano el cerebro produce un feed back negativo e inhibe el deseo como una manera de evitar el gran desgaste energético que podría (en especial con los años) dañar al organismo.

Una manera de evadir este mecanismo que con el tiempo nos hace perder interés por nuestra pareja, consiste en hacer que nuestras relaciones sexuales dependan cada vez menos de llegar al clímax. Aunque para nuestra cultura son lo mismo, el orgasmo y el clímax son -de hecho- cosas distintas. Así es como se entiende en Oriente, donde la sexología tiene miles de años (en Occidente recién cumplió 100 años). Culturas como el Tantra indio y el Taoismo chino nos explican cómo podemos evitar los efectos desagradables del agotamiento sexual, sentirnos bien y tener vidas plenas de pareja. Según el taoísmo, por ejemplo, un hombre a los 60 años tiene una sexualidad mejor y más activa que un joven de 20. ¿Cómo es posible? Gracias a que aprenden a prolongar el acto sexual, incluso a retirarse sin haber eyaculado. Esto no es difícil, y es muy placentero. Sólo es un aprendizaje que no conlleva en sí mismo ninguna complicación para la salud. Al no existir neurotransmisores que por su presencia o ausencia inhiban el deseo sexual, estas prácticas ayudan al deseo sexual a mantenerse, así como aumentan el amor, fortaleciendo el lazo.

Contacto: fomoreno@gmail.com

En resumen chicas:

Mientras más sensaciones busca un hombre a la hora de hacer el amor, más corre el riesgo de caer en una rutina. No son sensaciones intensas lo que se debe buscar sino más bien aumentar la sensibilidad.

Más calidad, menos cantidad, más intercambio afectivo y energético, menos centrarse en el fin (eyaculación) permitirá ir mejorando nuestra vida sexual. El cuerpo al verse no tan sobre estimulado, recuperará el deseo.

Una pérdida de deseo más generalizada y prolongada sería explicable por problemas psicológicos y emocionales. Trastornos del ánimo como la depresión pueden ser causantes de pérdida de deseo.

También conflictos, sobre todos aquellos que la pareja no expresa, pueden estar a la base de la pérdida del deseo. Los celos, el maltrato, la invisibilización de los sentimientos, son causas comunes. Sobre todo con hombres sensibles o introvertidos, podría darse el caso, pues la líbido, que es también energía psíquica, se dirige hacia adentro: literalmente me voy hacia adentro y pierdo mi interés por la pareja.

 ¿Te ha dicho que no quiere tener sexo?

 

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