Aparentemente, admirar tus músculos y piel sudada en el espejo es una parte de la experiencia de ir al gimnasio que solo los que ya llevan un buen tiempo ahí disfrutan. Según un estudio publicado por la American Psychological Association, los espejos podrían tener un efecto negativo en quienes recién adoptan este estilo de vida.
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58 mujeres sedentarias, con una edad promedio de 21 años, fueron invitadas a formar parte de un estudio que constó, en primera instancia, en resolver un cuestionario y después a una serie de ejercicios en bicicleta. Unas entrenaron en salones donde había espejos y otras en donde estos estaban cubiertos por cortinas.
Curiosamente, aquellas que trabajaron en los espacios sin espejos se sentían más calmadas y fatigadas que aquellas que entrenaron frente a su reflejo. La investigación realizada por la McMaster University de Canadá concluyó que “colocar espejos en los salones donde las personas toman clases de gimnasia necesita ser reconsiderado, si se tiene la intención de atraer público iniciante.”
Incluso si no se están ejercitando, las mujeres tienen a observarse en el espejo y comienzan a notar fallas ¿Será entonces que la fatiga, además del ejercicio, es causada por nuestra mente criticona?
Incluso el fundador de la franquicia Curves International cree que los clubes y gimnasios deben decirle adiós a los espejos, para que las mujeres puedan desconectarse por completo de la imagen personal y realmente concentrarse y divertirse a la hora de hacer ejercicio ¿tú qué opinas?