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Sexo tántrico: Su uso y sus beneficios

Lee la segunda parte de la entrevista a un experto en este tema.

Tal como les contamos ayer, hablamos con Francisco Moreno, Psicólogo UC, experto y autor en temas de sexualidad “alternativa” (tántrica). Aquí les hablará sobre su uso en las parejas y los beneficios de esta rica forma de tener sexo, incluso muchas veces sin llegar al orgasmo.

Belelú: ¿Qué tan usado es el sexo tántrico por las parejas?

Francisco Moreno: Casi nadie usa el sexo tántrico. La gente cree que el éste consiste en tener una actitud distinta o una creencia distinta, o en usar posturas y “decoración distinta”.Lo cierto es que es la práctica lo que debe ser distinto. Para que haya sexo tántrico es requisito que el hombre no eyacule, sino que “eleve” y haga circular su “fuego” (energía); la mujer también debe participar de este proceso sin “explotar” hacia fuera. Ambos se dejan llevar por las oleadas de energía que suben por el cuerpo sin descargarlas hacia fuera. El sexo tántrico es uno de nuestros grandes recursos no explotados. Las parejas no saben lo que se pierden al no practicarlo.

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B: Aún no me convenzo de que una relación sexual sea buena sin que haya orgasmo, ¿cómo me harías cambiar de opinión?

FM: Lo que evitamos en el sexo tántrico es el orgasmo entendido como explosión o descarga. Pero sí existe una sensación orgásmica muy intensa y prolongada, la cual es muy distinta. En especial los hombres se sorprenden por los cambios que genera en ellos, sintiéndose más energéticos y vitales, más entusiasmados por su pareja, etc. Las mujeres a menudo descubren que ellas ya habían experimentado este tipo de sensaciones, sólo que lo nuevo ahora es que pueden compartirlas con su pareja. Es importante explicar que el orgasmo-descarga también tiene consecuencias desagradables y negativas para la pareja. Cuando una pareja comienza a experimentar relaciones con orgasmo (descarga), poco a poco comienza a perder el interés y la atracción. Puede ser que sentimentalmente se quieran más, pero en la parte sexual se impone la rutina, y en muchos casos esto lleva a la pérdida del interés. Esto está sembrando el terreno para la infidelidad, las peleas, la incomprensión. Todo este mecanismo está mediado por neurotransmisores que se desencadenan con la descarga orgásmica. Nos han dicho que el orgasmo y la eyaculación son beneficiosos, pero está visto que las parejas con más orgasmos y eyaculación no necesariamente son más felices.

B: ¿Cuáles son sus principales beneficios?

FM: Son muchos: Mayor armonía en la pareja, equilibrio, conexión emocional entre los amantes. Mayor satisfacción, ya que el sexo común y corriente puede ser excitante pero a la larga no produce tanta satisfacción. Y con mayor satisfacción, menos frustración y disminuimos los conflictos, las culpas.
En el sexo tántrico ambos miembros de la pareja disfrutan de la conexión antes, durante y después de hacer el amor. En el sexo común y corriente, el hombre, tras la eyaculación, se desconecta energética y (muchas veces) emocionalmente de su pareja. A la mujer también puede ocurrir esta desconexión.

En el sexo tántrico la pareja termina el acto sexual con ganas de seguir, energizados, despiertos y conectados, conservando el magnetismo. Y este magnetismo aumenta y siempre hay ganas de hacer el amor. No así en el sexo común donde el hombre después de eyacular se siente cansado, y a la larga va perdiendo el interés.

También es un método anticonceptivo natural (aunque no 100% infalible, permite que una pareja estable practique años sin tener hijos)
El sexo tántrico aporta vitalidad, salud y juventud. También es remedio contra diversas disfunciones sexuales. Se lo puede practicar sin problemas y con plena frecuencia hasta avanzada edad. Además, se conlleva muy bien con los deportes, la espiritualidad, la creación artística (aumenta la “inspiración”) e intelectual.

El sexo tántrico ayuda a la pareja a superar el terrible problema de la rutina sexual, que mata la sensibilidad y lo excitante. Cada relación tántrica es excitante. Siempre se tienen ganas (obviamente si la pareja no tiene problemas de convivencia). La rutina sexual es el resultado de la práctica sexual común y es producto de neuroquímicos en nuestro cerebro que alteran nuestra percepción y conducta sexual. Estos neuroquímicos se desencadenan con la explosión orgásmica (en el hombre acompañada de eyaculación).

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