Actualidad

Te espío en las redes sociales porque te quiero

Bueno, es claro que muy pocas personas lo dirían así, pero básicamente a eso se reduce

Esto va dirigido a todas las mujeres del mundo que alguna vez hemos deseado regresar a la época en que no existía Facebook ni Twitter. No porque sea malo, en lo personal Facebook me acerca a personas a las que estimo mucho y que por una u otra razón no veo muy seguido; puedo ver las fotos de los hijos de mis amigas sin tener que ir a su casa,  así como ya me sé de memoria cuál es la mascota de cada  quién.

Y es que para eso están las redes sociales; para compartir. Creo que el libre albedrío, en una de sus formas más simples, se ejerce perfectamente en lo que decidimos mostrarle al mundo. Si es la línea de una canción (con CC oculta a una persona en especial), un video que te nos ha hecho el día, algún pensamiento o postura, o simplemente la foto de tu gato durmiendo junto a tu zapato, he entendido que la mayoría de las veces lo compartimos, más que para alguien más, para nosotros mismos.

Como yo lo veo, es como tener un diario o scrapbook virtual. Haces una colección de momentos, con fotografías, check-ins y frases memorables porque puedes. Porque es bonito regresar y recordar. Pero cuando las redes sociales se vuelven más que eso; o sea, una fuente de información y monitoreo excesivo, es que hay que tener cuidado.

Recomendados

Como bien ya habló Fran de la tendencia que muchos tenemos de ser verdaderos psicópatas de las redes sociales, hoy hablaré de algo que me parece que ya es muy común: Te espío porque te quiero. Bueno, es claro que muy pocas personas lo dirían así, pero básicamente esa es la justificación.

Entrar obsesivamente a su muro, checar sus fotos, entrar a los perfiles de las chicas con las que sale en las fotos, asegurarte de que ninguna es su ex o posible siguiente interés, apretar los dientes cuando descubres una foto donde está demasiado cerca de alguien, hacer un cálculo de las horas y fechas en que te dijo que estaría en un lado pero todo apunta a lo contrario… ya saben, una verdadera investigación al estilo Hollywood de los años treinta pero todo al alcance de un clic.

No voy a juzgar si está bien o está mal porque, ya saben, “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Pero me pasó algo que me hizo entender por qué es importante ponerse un límite.

Imagínense salir a cenar con alguien que hace un tiempo que no ven y conversar de cualquier tema. Todo va bien cuando de pronto surge un silencio incómodo. Para combatirlo sacas a colación cualquier cosa como:

-El sábado pasado fui a la playa con mi familia…

A lo que te responde: 

-Sí, ya lo sé.

Y piensas, “seguro que le conté sobre ese día antes. Tal vez vio la foto en FB. En fin… otro tema, rápido…”

-Ah, y hace poco una amiga me invitó a una cena en su casa. Estrené el vestido que me compré el mes pasado, no sé si te lo mostré pero..

Lo vi. No se te veía nada bien. 

No sé si logro explicar correctamente lo que quiero decir; pero en resumen, me parece horrible que la gente haga un seguimiento detallado de tu vida y ni siquiera se tome la molestia de fingir sorpresa. Sobre exponer información es una decisión personal, sí, pero me parece un poco raro todo el asunto de que se pierda la interacción porque todo ya está dicho o registrado en fotografías. Si las cosas siguen así, no puedo ni imaginarme lo divertidas que van a estar las historias que nos vamos a inventar de cada quien (como ya pasa muy seguido) y cómo se van a reducir los temas de conversación. Y no hay un te stalkeo porque te quiero que valga.

Tags

Lo Último


Te recomendamos