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¿Quién es Anne Hathaway antes de Anne Hathaway?

Si crees que hablaremos de la encantadora actriz y protagonista de “The devil wears Prada”, te equivocas.

Si crees que hablaremos de la encantadora actriz y protagonista de “The devil wears Prada”, te contamos que antes de ella, en el 1556 nació Anne Hathaway, la mujer oficial de una de las mentes más soberbias y magistrales de la dramaturgia inglesa y universal, William Shakespeare.

Cuenta el drama, que Hathaway quedó embarazada del poeta a los 26 años y que William sólo tenìa 18, por lo que muchos historiadores creen que su matrimonio fue forzado, aunque no existen pruebas que lo confirmen. Juntos tuvieron tres hijos Susanna y posteriormente los gemelos Hamnet y Judith.

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Pese a que Shakespeare fue el creador de una de las historias de amor más idílicas e intensas de la literatura, “Romeo y Julieta”, existe una creencia generalizada de que entre el matrimonio no existía pasión, ya que mientras el creador de la rivalidad entre Capuletos y Montescos, se pasó la mayor parte de su vida escribiendo e interpretando sus obras en Londres, Anne Hathaway permanecía en Stratford. Validando aún más el fracaso amoroso, en que el poeta en su testamento destinó a Anne sólo su “segunda mejor cama”. Aunque de acuerdo a la costumbre isabelina, la mejor cama de la casa era reservada para los invitados, por ende, la cama que heredó Hathaway pudo haberse tratado de su lecho matrimonial, un detalle significativo, sobre todo para la época.

Sin embargo, Hathaway tuvo que lidiar con los rumores de infidelidad y homosexualismo del genio de las letras, convirtiéndose en todo lo contrario a lo que se pueda denominar como una musa, aunque en uno de los sonetos de Shakespeare, el número 145, se  señala como una posible referencia a Anne Hathaway; el término hate away (“fuera, odio”) dado su sonido que al pronunciarlo suena “Hathaway”.

Y si existe alguna relación sanguínea o no con la actual y exitosa Anne Hathaway, es algo que hasta hoy no se ha comprobado. Sin embargo, podemos intuir que la belleza y profesionalismo de la Hathaway del siglo XXI, inspiraría a más de un genio dispuesto a dejar algo más que su segunda mejor cama, claro que después de probarla.

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