Conozcan a Cindy, una chica regia de veintitántos años, de una familia bien, que se quiere casar, tipo, bien. Usa ropa de marca y siempre anda a dieta. Su sueño, necesidad y frustración, es encontrar un príncipe azul para casarse con él.
A través de sus ojos podemos ver muchos de los problemas de México, de una manera políticamente incorrecta. Por ejemplo, el desdén de las clases altas por las bajas, la discriminación a otras personas por su peso o aspecto u origen étnico. Pero desde su simpleza e ingenuidad, Cindy hace notar las cosas que están muy mal en la sociedad mexicana.
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Es gracioso, porque es cierto…
Dicen que las cosas que nos dan risa son las que reflejan la realidad. Si es así, y Cindy nos parece tan graciosa, algo de cierto debe tener todo lo que dice.
¿Por qué Cindy es nuestro gusto culposo? Porque es tan poco consciente de su forma de ser que es un reflejo, aunque exagerado, acertado de su realidad y de la realidad contradictoria de muchos mexicanos.