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Cinco fetiches masculinos típicos de las muchachitas

Por qué a veces se nos desvían los ojos con ciertos tipos de chiquillos.

No se trata de un principio femenino, sin embargo he notado cómo en diversas ocasiones y conversaciones las mujeres coincidimos en fijarnos en  ciertos tipos de chiquillos determinados.

¿Fetichismo?  Tal vez.

Lo cierto es que a pesar de mis subjetivismos,  podría asegurar que uno o más de un estereotipo de hombre mencionado en el siguiente listado, ha llamado tu atención ¿o no?

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1-. El músico en particular y el artista en general

Alguna vez escribí una nota sobre ¿Por qué a las mujeres nos gustan los músicos? , basada principalmente en ese tan inexplicables no sé qué que despierta en algunas de nosotras una fatal atracción, transmitido quizás por el estilo, la forma de vestir o más derechamente la experticie con la que maniobra su instrumento, ya sea, envolviendo con sus manos a una maravillosa y curvilínea Gibson o dejando caer sus palmas sobre un conjunto de tambores que emanan viscerales sonidos nativos y cayendo en un exquisito y excitante trance.

Muy bien saben de esto los engrupidos, quienes creen que sacando correctamente los acordes de un ‘In bloom’ o un par de temas para fogata, asistir a un curso de música o cultivar una parada rockstar; guitarra y tatuaje incluido, caeremos redonditas a esa mente carente de “sensibilidad femenina”, la misma que poseen pintores, actores, escritores… y que nos conecta instintiva y muy animalmente como un imán.

2-. El profe de filosofía, entiéndase también el “intelectual”

Recuerdo que en mi colegio teníamos un profesor de filosofía  muy alejado al concepto del que se tiene de “metro sexual”, más bien era una extraña mezcla entre Woody Allen, John Bonachon de Garfield, canas y lentes “potobotella”. ¡Un híbrido! Hasta que claro, comenzaba a cuestionar nuestra cosmovisión con teorías pseudo existencialistas, los logos de Platón, las esencias invariables de Kant o la psicoterapia de Maturana según viniera la vida o el más allá de la vida, dejándonos en estado de coma, con un par de sueños húmedos y la declaración unánime del profe más sexy del mundo.

Y es que a diferencia del artista y sus tormentos, el intelectual en su incansable búsqueda de conocimientos igual de atormentado, al menos cuando habla, intenta hacerlo con fundamentos, citas y convicciones personales o no, que siempre lo hacen verse seguro y reflexivo, adjetivos que funcionan perfectamente como armas de seducción infalibles, sobre todo para aquellas mujeres que les gustan los “chiquillos interesantes”, aunque claro, con pequeñas dosis de tormentas.

3-. El uniformado, marinerito niño bonito y otros más

Para mí uno de los “estereotipos” menos favoritos, pero que para muchas mujeres pueden transformarse en verdaderos sex symbols “¡¿Y es que nunca te has fijado en un paco en moto?!”, “No hueón, los marinos son los más ricos”,  lo que es yo todavía no me siento atraída por el “uniforme” a menos que claro, me encuentre de frente con un Tom Cruise-chaquetita-canadiense-lentes-de-piloto-estilo-Top-Gun o el Mayor Nelson de ‘Mi Bella Genio’, mi oculto amor de infancia.   Y no, no me gustan los pacos ni en moto, ni a caballo. Aunque a decir verdad, podría fijarme en un par de bomberos chicos buenos.

4-. El  preparador físico también conocido como el personal trainer

En esta “categoría” también vale el profe de educación física. Y aunque es poco lo que puedo ahondar con autoridad en este campo, ya que el chiquillo sexy sudado, potito parado, músculos y venas marcadas, no es precisamente algo que me guste, sé de muchas chiquillas que ya quisieran cumplir una que otra fantasía con su tonificado y rudo musculman.

5-. Uno de los favoritos, el skater

¿Y es que hay alguien que alguna vez no se haya sentido atraída por un skater?

Si bien, podría catalogarse como una atracción bastante adolescente, el otro día junto a un par de amigas fuimos al avant premier de ‘Esqueibor, la historia del Skate en Chile’, función que evidentemente inundó la sala con los más secos de la tablita, un verdadero paraíso de la patineta, impregnado por muchachos con estilo desentendido, look total y esa seguridad desbordante tan característica de sus maniobras extremas. Era cosa de mirar a cualquier chiquilla y entender esa actitud de cómplice felicidad que no cambia con la edad.

¿Qué otro tipo de muchachitos agregarías a esta lista? ¿El negro, el lolito, el mayorcito?

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