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Cómo sobreviviré soltera a San Valentín

Un cambio de actitud y descubrir que si hay con quienes celebrar el amor que no necesariamente tiene que ser de pareja.

Este es mi tercer San Valentín soltera. Y con el tiempo he tenido que aprender a sobrevivir a tanto amor que me sale hasta en la sopa. Pareciera que cuando estás soltera los enamorados aumentan o quizás les damos más importancia y cada vez que ves a alguien abrazándose piensas que son amantes y en realidad no es así.

El asunto es que con mucho esfuerzo he tenido que crear técnicas para no sufrir y querer encerrarme todos los 14 de febreros para no sentirme sola. El primer Día de los Enamorados que pasé soltera fue terrible y odiaba a todos los que se demostraban amor efusivamente por las calles. Recuerdo que fue un día terrible, donde me pasé toda la tarde atrincherada en la oficina, sin siquiera salir a comprar para evitar toparme con el amor de frente que parecía restregarme en la cara mi vida de single.

Luego el segundo comencé a generar una aversión por las muestras de cariño y -probablemente como una medida de protección- quienes se declaraban sus sentimientos en público mediante globos en forma de corazón gigantes, ramos de rosas, chocolates, peluches, etc.

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Pero este año quiero que las cosas sean distintas y ya no quiero andar por la vida odiando a los enamorados porque ellos no tienen la culpa de mi desastre amoroso, yo soy la única culpable de eso. Y créanme que me costó mucho vislumbrar esto.

Mi plan para este día ha sido simple y realmente muy efectivo. La idea es cambiar el swich, cómo se preguntarán. Bueno, una de las ideas que más tristeza les causa a los solteros este día es que se celebra a las parejas, sin embargo, podemos hacer de San Valentín un día para querer, no importa si es a una amiga, un amigo, o un grupo de ellos, tus mascota, tus padres, etc.

No debemos sentirnos mal porque estamos solos, debemos descubrir incluso en nosotros mismos lo hermosos que somos, de esta manera podremos incluso tomar esta fecha como el día del amor propio.

Además, a veces somos egoístas y si nosotros no estamos enamorados y correspondidos no quiere decir que no podamos amar. Por ejemplo, tengo muchas amigas que también están solas por elección o por circunstancias de la vida. Entonces, en vez de irme a casa a sufrir por mi ‘desgracia’, mejor voy a tomar mi bolso y una botella de champaña para visitar a alguna de estas amigas, de esta manera creo que me sentiré mucho más acompañada y claramente apoyaré a otra persona en este día melancólico para muchos.

También, es bueno hacerse regalos a sí mismos, materiales o simbólicos. Mi regalo este año es aceptarme como soy, quererme y perdonarme. Aunque suene estúpido o a Pilarsordismo, siento que es necesario.

Otra idea que se ha dado vuelta todo el día es pensar en realidad por qué estoy sola, irme hacia atrás en el tiempo y descubrir que de alguna manera la decepción amorosa que tuve hace algunos años ha hecho de mi un ogro, que no permite que nada entre en su corazón. De un tiempo a esta parte me convertí en Shrek, antes de eso era una persona contenta, plena, positiva, entre otras. Pero ahora soy una ‘hater’, claro porque me dañaron y no quiero volver a sufrir. Pero en vez de volver a vivir la felicidad y la plenitud me encierro en mí misma y odio todo lo que me rodea. Obviamente, con esa mentalidad nadie se me va a acercar, nadie quiere amar a una odiosa. Ni yo.

Entonces, creo que si desde hoy pienso en mi como era antes y las cosas simples que me hacían feliz. Volver a disfrutar de la vida sin duda me ayudará a ser más amable, simpática, atractiva. No es que esté desesperada por encontrar un pololo, ni siquiera me interesa. Pero por lo menos no me sentiré mal el próximo San Valentín, porque estaré segura que si estoy sola es por que yo quiero y no porque soy una amargada. Todo está en nosotros.

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