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El acoso sexual invisible en el trabajo

Existe un tipo de acoso laboral que es invisible, que no se reconoce, sea por una cuestión cultural o por falta de mecanismos para denunciarlo. Muchas veces, las mujeres lo aguantamos por necesidad o por ignorancia.

Muchas mujeres sufren de acoso sexual velado lo que les dificulta mucho poder denunciar y hacer justicia.

Como mujeres siempre hemos estado más expuestas en el ámbito laboral al acoso sexual. Aunque ya vivimos en el siglo XXI, culturalmente en los países latinoamericanos es muy común el machismo y la sumisión de la mujer, y aunque ya tenemos más espacios que nos hemos ido ganando todavía permea esa idiosincrasia.

En el trabajo estamos más vulnerables porque en principio casi siempre el jefe es un hombre, hay más compañeros masculinos y los puestos de importancia también los ocupan ellos. Pero lo peor que tenemos que pasar las mujeres es el acoso sexual velado que podemos llegar a sufrir. Y digo velado porque es ese que “no se ve”, que la mayoría de la gente ve normal porque siempre ha sido aceptado por la sociedad y cuando alguna mujer lo denuncia la tachan de exagerada, en el mejor de los casos, o de loca, en el peor. Además con la educación que nos han inculcado de que la mujer está para servir y obedecer al hombre, ellas mismas no ven a lo que están siendo sujetas.

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Este tipo de acoso se da por ejemplo si el jefe invita a salir a su subordinada sabiendo que es casada o tiene pareja, ella le dice que no una y mil veces pero él insiste en seguir invitándola; cuando constantemente le dice piropos: que está muy guapa, que se ve muy bien; que la toquen sin su consentimiento, aunque sean roces leves; pero ella muchas veces se tiene que aguantar o lo ve “normal” por la necesidad de tener un trabajo y también porque nadie la avala para poder denunciar y demostrar el acoso.

De por sí es difícil demostrar un acoso sexual o hasta una violación, el acoso velado es casi imposible, las mujeres no se animan a denunciar porque en las empresas se protegen entre hombres, no tienen procedimientos claros para denunciar y en el caso de México la justicia no se imparte correctamente, se tiene mucho miedo a las represalias.

Para poder dar una solución al problema habría que reforzar la educación desde la escuela primaria, tanto a hombres como a mujeres, educar a los hombres para que no cometan este tipo de acoso y a las mujeres para que lo sepan reconocer, que no lo vean normal, a la sociedad para que sea solidaria cuando suceda y apoye en la denuncia.

Fuente Foto: Noen.at

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