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No quiero casarme

No casarse sigue siendo un tabú en nuestra sociedad. Pero, ¿qué si tú no quieres casarte nunca?

Érase una vez una chica que soñó toda la vida con casarse, y que juró que llegado el momento diría que “sí” sin la menor preocupación. La historia se repite en nosotras, en nuestras amigas y en muchas otras chicas que  vendrán. No la historia de decir que “sí” sin la menor preocupación, sino la otra: aquellas que deciden no casarse.

Aunque decir “no” a casarse puede ser uno de los más grandes tabús entre mujeres, nuestros tiempos modernos tampoco son exentos de que cada vez haya más mujeres que al final deciden no hacerlo.

La concepción del matrimonio puede chocar con ideales de independencia o liberación femenina, conceptos que han estado vigentes en la mente de las mujeres por las últimas décadas. Nosotras, las chicas de esta generación, nos levantamos todos los días para hacernos notar por nosotras mismas, y el sólo hecho de conventirnos en “la mujer de…” o “la esposa de…”, nos da cosquillas y nos orilla a no ponernos el apellido de alguien más.

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Creo que la cuestión radica en que el matrimonio se ve como un ritual que aleja a la mujer de sí misma para conventirla en propiedad de alguien más. No dudo que hace muchos años quienes se casaban practicaban a viva voz y acción exactamente eso, y todas las mujeres que decidían no casarse eran tachadas como de lo peor de la sociedad. La culpa de no haberse casado era impuesta sobre la mujer: tal vez no se casaron con ella por fea, por que tiene muchas opiniones, por que no sabe tratar a un marido.

Actualmente, es importante que quienes decidan casarse -o no hacerlo- lo hagan pensando en que es la decisión que quieren para sus vidas. Sean o no feministas, el matrimonio moderno está redefiniéndose como un trabajo conjunto, un trabajo en equipo; de dos personas que quieren ir hacia adelante con el mismo objetivo.

Si tú eres de las que al final decide que el matrimonio no es para ti, no te angusties. La parte amable de los tiempos modernos es que hay mil oportunidades para las mujeres, casadas o no, y debemos disfrutar la libertad de decisión por la cual muchas mujeres han luchado.

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