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Amamantar en el trabajo, bueno para la mamá, el hijo y la empresa

“Y ésta, es la sala de amamantar” me dijeron en mi nuevo trabajo. ¿Qué? O sea, realmente hay un lugar especial en el que las mamás pueden hacerlo y/o guardar su leche ¿se puede? -pensé.-

Me quedé impresionada, aunque inmediatamente después me dije ¡qué maravilla!, tener la oportunidad de alimentar a tu bebé en el trabajo (si algunas veces se requiriera) me pareció excelente. No debió sorprenderme en lo absoluto.

Sin embargo, el hecho de que se me hiciera extraño, me hizo pensar que en nuestra sociedad definitivamente es un tema incómodo y tristemente me di cuenta que eso es real, ¡ni siquiera en la calle es soportable!. Para prueba, en otros países como México se han hecho manifestaciones de las llamadas “lactivistas” en la calle a favor de amamantar en lugares públicos; y es importante mencionar que tampoco es “aprobado” que se haga por más de 6 meses (cuando muchas mujeres piensan todo lo contario).

Actualmente la OIT (Organización Internacional del Trabajo) defiende esta lucha para lograr que las mujeres puedan amamantar a sus bebés en el trabajo sobre todo porque en algunos países asiáticos y latinos aún no se incluye. “Eso es algo que debe cambiar” dice Laura Adatti, de protección a la maternidad y especialista en la familia y el trabajo de la OIT.

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“Es necesario aumentar los esfuerzos para convencer a los gobiernos, los empleadores – y, a veces incluso los trabajadores – que la combinación de trabajo y la lactancia materna no sólo es posible, sino esencial para la madre y el niño, así como para las empresas y la sociedad en su conjunto “, dijo a Noticias de la OIT.

El hecho de no contar con un lugar accesible para amamantar en el trabajo, hace que las mujeres dejen de hacerlo antes del tiempo recomendado (6 meses). Lo dejan de hacer cuando sus bebés aún necesitan esos nutrientes y deben continuar entonces con fórmulas adicionales que pueden causar complicaciones en los bebés.

En la medida en que las empresas se den cuenta que benefician a sus trabajadoras mantendrán un ambiente sano en la cultura laboral y aumentarán la productividad de sus empleadas, además el retorno de la inversión en esas salas es considerablemente menor en comparación con el tiempo que ellas pueden recuperar ahí. Es un ganar-ganar.

 

Fuente: ilo.org

Foto: WEEEERD en Flickr

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