Demostraciones públicas de afecto: ¿qué tanto es tantito?

Yo tenía una amiga que estaba felizmente iniciando una relación con su aún novio. Estaban de lo más contentos todo el tiempo, caminando de la mano, leyendo él acostado en las piernas de ella, corriendo por campos de flores imaginarios y, lo más importante, besándose como si uno quisiera devorar al otro en plena vía pública.

Para mí, desde luego, esta actitud fue un momento incómodo permanente desde un principio. Además de que yo odio lo cursi, al ser mi mejor amiga la mitad de esa relación, yo tenía que pasar tiempo de calidad con ambos. El chico es simpático y me agrada. Hasta que decide besarse con mi amiga como si quisiera devorarla.

¡Juro que en esos momentos yo quería desaparecer! Es decir, ya saben, cuando estás haciendo mal tercio y dices: “Oigan, creo que mejor me voy para, bueno, darles a ustedes un tiempo de estar solos” y ellos te reponden: “¡No, no, no! ¡Para nada! Quédate un rato más a ver cómo nos besamos hasta perder la respiración”.

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Y es que tengo la teoría de que las parejas, en su besuqueo y demás, pierden noción de la realidad. Es como si se teletransportaran a otra dimensión en la que básicamente sólo existe la boca del otro, como si sólo existiesen ellos mismos.

Sin embargo, es mi deber como mujer soltera pedirles ciertos favores a las parejitas jóvenes de hoy en día para la sana convivencia en este mundo:

2. No estorben el paso. Si van a besarse, que no sea frente a una entrada o en medio de la acera. Por favor.  (Y mucho menos cuando está lloviendo. Ustedes están en su escena romántica mientras los demás transeúntes desearían estar, pero en una Hummer cn llantas de 2 metros para pasar encima de charco frente a ustedes.)
4. Hay lugar para todo. Eviten demostrarse su afecto en restaurantes o cafés. En honor al prestigio del lugar.
6. Los parques no son moteles al aire libre. Por favor, de la manera más atenta les pido que, de estar besándose en un parque, no pasen a más. ¡Por respeto a los niños en los columpios! Por respeto a los joggers, a los que pasean tranquilamente a sus perros… Por respeto simplemente a ustedes mismos.
8. Tengan piedad por el mesero o cajero. Es de muy mal gusto que empiecen ese jueguito risueño del “ay, no sé, ¿qué vas a pedir tú?” cuando ya están en la caja. Recuerden que hay una fila tras de ustedes de personas que sí saben qué van a pedir.
10. Si van al cine, vean la película. Sí, sé que esto es algo casi imposible para la mayoría de las parejas, pero cuando menos les pido que no platican y rían durante la función. En especial si es una de esas escenas en las que todo mundo está callado. (Ah, y aquí aplica la misma petición que les hice con respecto al parque.)

Fuente Foto: Filmsnotdead.com