Yo fui de las chicas a las que le da miedo manejar. Trabajé un corto periodo de tiempo en la Cruz Roja Mexicana y eso me bastó para conocer las consecuencias de un accidente en coche. Desde entonces, para bien claro, comencé a usar religiosamente el cinturón de seguridad como copiloto; sin embargo, no podía pasar al otro lado.
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Sabía que ese miedo no debía durar para siempre y comencé a tomar clases de manejo. Prácticamente me temblaba todo, mis oídos se tapaban, entorpecía mis movimientos y creí que jamás podría hacerlo; además en el proceso, escuchar cualquier tipo de consejos, advertencias e instrucciones me hacían aborrecer aún más la idea.
Algunos profesionales aseguran que el miedo a manejar, principalmente en las mujeres se da por las siguientes razones:
- Sentimiento de responsabilidad excesivo.
- Presión de un familiar directo influyen en el desarrollo de la amaxofobia; un marido, un papá, un hermano, según un estudio realizado por el Instituto Mapfre.
- Alto nivel de estrés y ansiedad.
Romper esa barrera no fue nada fácil, sobre todo porque me gustan mucho más las distancias cortas. Sin embargo, en mi caso lo hice gracias a la práctica, a decidirme por fin y confiar en mi misma. Después de todo, la ventaja de ahorrar tiempo definitivamente también me motivó a hacerlo. Aquí te dejo algunos otros consejos para que tú también la rompas:
- Identifica las situaciones que te provocan miedo al conducir.
- Ordénalas de mayor a menor importancia, de acuerdo al nivel de angustia que te provoquen.
- Trata de buscar alternativas para atacar el miedo como conducir acompañada, escuchar música tranquila, conducir con las ventanas cerradas para lograr una mejor concentración, conducir distancias pequeñas, evitar conducir en la lluvia o de noche.
- Buscar ayuda profesional para hacer desaparecer la angustia.
Sí se puede vencer la ansiedad y cuando eso sucede, comienzan a pasarte cosas buenas. Recuerda siempre esta pregunta, ¿de qué serías capaz, si no tuvieras miedo?
Fuente: healthguidance