No se trata de una manicure cualquiera: no es necesario empaquetarla como este regalo personalizado, ni hay que pedir una hora para poder realizarla. Sólo se necesitan esmaltes de sus colores favoritos y platos de cerámica que quieran renovar con un look distinto a cualquiera disponible en el retail.
Es la misma idea de esta papelería con un sello propio, ya que siempre la sugerimos para familiarizarse con la técnica. Después pueden probar con “timbres” más elaborados usando, por ejemplo, el patrón de este rodillo para pintar muros en una menor escala, o lo que se les ocurra a cada una. Nosotras sólo les mostramos el primer paso.
Otra idea que genera un patrón menos uniforme es cortar tiras de masking tape de distintos largos y grosores, usando sólo los dedos (así los bordes tendrán un acabado irregular). Después, se pintan los espacios entre las tiras, se deja secar por unos minutos y se desprende el tape.
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Obviamente, la idea es pintar el exterior de la loza y las partes que no estén en contacto directo con la comida, para evitar cualquier desprendimiento de la pintura en lo que se sirva en los platos. Y si eventualmente se descascara algún diseño, basta con hacer un pequeño retoque –tal como lo haríamos con una manicure cualquiera.
Recuerden que también sugerimos usar esmaltes de uñas para crear estos vasos psicodélicos, y para diferenciar de quién es cada mondadientes a la hora de invitar a varios amigos a comer. Como ven, los esmaltes pueden ser tan útiles en la cocina y la mesa como en las propias manos.