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Sin miedo

A las cosas hay que entrarle sin miedo. Sí, sí. Ya sé que es bien fácil decirlo y hacerlo ya es otra cosa, pero entender que realmente nunca vamos a avanzar hasta que decidamos dejar el miedo de lado, nos ayuda mucho a empezar a contemplar hacerlo.

Me gusta mucho leer porque los autores siempre me regalan frases que resuelven mis dudas o que me ayudan a sentirme mejor. Tengo un cuaderno donde apunto todas las frases de los libros que me gustan y hace unos días que lo estaba hojeando, me encontré con ésta que me ayudó mucho a tomar algunas decisiones y te la quiero compartir, junto con la bola de pensamientos que inundaron mis cabeza por si, de casualidad, tú y yo estamos igual.

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“Di que sí, aunque te estés muriendo de miedo,
aunque después te arrepientas,
porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida
si le contestas que no.”
(El amor en los tiempos del cólera, G. G. Márquez)

¿Te gustó? ¿te identificaste? ¿te hizo sentir algo? Si sí, por favor sigue leyendo, si no también porque me esmeré mucho en escribirte esto. 🙂

Definamos primero lo que es el miedo: thefreedictionary, nos da dos definiciones de miedo:

  1. Sensación de angustia provocado por la presencia de un peligro real o imaginario.
  2. Sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea.

Creo que el miedo es bueno. Ojo, no el miedo que te paraliza y no te deja hacer nada, sino el miedo que te hace reconocer en dónde estás parada. Esa cosquillita que te da nervios y te hace consciente de las cosas. Ése es el miedo que me gusta, el que me sitúa en el presente.  Justo ese miedo es el que hace que intentes echarle ganas a las cosas, el que busques alternativas para que el resultado no sea el que temes sino el que quieres, ese nivel básico de miedo es el bueno.

Sin embargo, el miedo del que te quiero hablar hoy no es el miedo bonito o el miedo que yo aplaudo, sino el que te impide hacer las cosas. Como cuando conoces a alguien y quieres acercarte y hablar y quedar para salir, pero el fracaso de experiencias anteriores no te “deja” querer vivir este. Y entonces te paralizas. O cuando cortas con alguien y luego quieres regresar, pero el miedo al rechazo hace que dejes pasar la oportunidad. O cuando empiezas tu relación y al paso de los meses ya quieres decirle que lo amas pero te da miedo que él no y entonces te lo guardas.

¿Por qué? ¿Por qué dejamos que un sentimiento nos paralice? ¿por qué dejamos que algo que ni siquiera ha ocurrido defina lo que puede o no pasar?

Recuerdo que cuando tenía 18 años alguien me dijo: “El miedo a la oscuridad sólo lo sientes cuando estás en ella” y aunque en ese momento lo tomé como una frase literal, con el paso de los años logré entender a qué se refería y me prometí, así súper decidida, a que el miedo nunca me iba a impedir hacer las cosas.

Me he equivocado mil veces, y he azotado contra el suelo otras tantas, que aunque todavía me da miedo equivocarme, ya no me importa. Todas las veces que fracasé son lecciones que aprendí. Todas las veces que me caí, son veces que me levanté, y todas las veces que juré que no iba a poder, me demostré solita que sí y poquito a poquito fui definiendo quién soy y hacía dónde quiero dirigir mi vida.

Tú estas hecha de las decisiones que tomas, estás hecha de las cosas que haces y de las cosas que no, estás hecha de las veces que dejas que el miedo te domine y de las veces que dices: “esto sí lo quiero hacer, no importa si me caigo, no importa si fallo, esto vale la pena”. Y te puedo asegurar que, mientras no sea algo que atente contra tu salud o el bienestar de alguien más, vale la pena.

El fracaso no es malo. Nunca lo ha sido y nunca lo va a hacer. Sí, duele mucho. Sí, es muy humillante que alguien te vea caer o que las cosas no funcionen cuando le metiste todo tu empeño, ¡pero no importa! deshacerte de ese miedo y prepararte para que el posible éxito/fracaso suceda, te da armas para transformar ese miedo en acciones. Si el miedo no te deja hacer nada, entonces en tu vida no estará pasando nada y ¿para qué quieres que nunca nada te suceda?

Si es algo que de verdad quieres, (y, repito, no atenta contra tu bienestar o el de los demás) di que sí siempre, transforma ese miedo en fuerza para hacer cosas, es más, haz que el miedo te empuje a hacerlas. Logra que el miedo y los nervios te hagan ser mejor que el día anterior y nunca permitas que no te deje vivir lo que quieres. Siempre será mejor arrepentirte por las cosas que viviste que por las cosas que negaste.

Foto: Facebook Success Stories 

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