Muchas veces lo que nos vende un comercial de televisión, un programa o una revista entre otros medios, es solamente imagen. Algunas sabemos que esos rostros y cuerpos no son reales, otras quizá lo sospechan y me da gusto que eso se demuestre aunque no en nuestros países latinos, por lo menos en otros como Reino Unido en el que hace unos días prohibieron la imagen de una modelo por exceso de photoshop.
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Afortunadamente hemos visto en varias campañas esfuerzos para demostrar que los prototipos de belleza actuales mostrados en la publicidad se alejan totalmente de la realidad. Incluso algunas marcas lo han intentado bastante bien como Dove, que se ha dado cuenta perfecto de esto y lo proyecta en su concepto Real Beauty (belleza real).
Cuando se trata de mujeres que han sido madres, sabemos bien que su cuerpo cambia totalmente. Incluso, ya les habíamos platicado sobre el trabajo de la fotógrafa Jade Beall, quien realizó una secuencia de fotos llamada “A Beautiful Body” en las que muestra a modelos que han dado a luz con cuerpos bellos y perfectos, tal como son:
Ahora, les voy a contar algo que quizá no les va a gustar. La percepción que cada una tenemos de lo que somos no puede ir separada del concepto personal que tenemos de “belleza” y ese, nosotras mismas lo distorsionamos; preferimos ver modelos delgadas, casi “perfectas” que modelos como tú o como yo en esas revistas de las que tanto nos quejamos.
Como ejemplo, no hace mucho, en México se demostró el nivel de racismo que aún existe en el país y que alarmantemente nace desde edades tempranas. A un grupo de niños se les pidió elegir entre uno de los dos muñecos; la mayoría eligió al muñeco de piel blanca, a pesar de que ellos no la tenían.
Lo mismo sucedería con nosotras. Si nos dieran a elegir qué modelo pondríamos en una revista, seguramente la chica que se pareciera a nosotros no sería nuestra elección.
Hay un libro que presenta un estudio sobre nuestro cuerpo, el cual afirma, es resultado de una serie de cambios fascinantes a lo largo del tiempo. Hemos sufrido transformaciones muy superiores a las del hombre. Durante millones de años, las formas femeninas se han ido forjando a través de asombrosos ajustes y sutiles refinamientos para convertirse en un ser único y extraordinario. ¡Es natural si tu cuerpo no es como todos los demás!
No es culpa de los medios, es nuestra por no aceptarnos primeramente a nosotras mismas, nuestra forma, complexión y demás factores que lo hacen como es. Cuidarlo depende de nuestra propia voluntad.
Es hora de aceptarlo y es hora de amarlo.
Foto: Jade Beall