Actualidad

Cuando no estoy ocupada, me siento muy sola

No parar nunca como remedio para evadir la sensación de soledad.

Honestamente no le deseo esto a nadie. Considero que soy una persona “relativamente” solitaria, condición con la que nunca había tenido problemas; pero después de un singular noviazgo el cual tuvo un final muy decente y necesario, los siguientes meses resultaron, si no amargos, los más inestables que pueda recordar. Es una realidad el hecho de que existe una diferencia significativa en estar acompañada a estar sola, más si no eres “el ajonjolí de todos los moles“, es decir la más sociable.

PUBLICIDAD

He intentado sin muchos resultados hacer nuevas amistades, conocer personas con quien compartir, pero no ha funcionado del todo y concluyo que en definitiva como que no me urge tener gente a un lado, sólo semi-aliviar la sensación de estar sola.

Pero la soledad es imperceptible mientras estoy ocupada. Cuando en realidad empieza a acentuarse es cuando se llega el día de descanso (sí, por ahora solo dispongo de uno). Afortunadamente para estar ocupada puede ser casi cualquier actividad, desde hacerme algo rico de desayunar, leer, montar bicicleta, hacer exploraciones o consultas para proyectos posteriores, ir al cine o a bailar, hacer trabajo doméstico, realizar pendientes o compras; actividades que finalmente hago sola.

Pero si no existe un plan, estoy frita; cuando no hay agenda que me haga ponerme de pie, tristemente empieza a asomarse la primera lagrimita que en cuestión de minutos puede volcarme a depresión.

Es que hay que admitir, que existen días en los que no hay plan o a veces, aunque los tenga, trato de convencerme en que en ese día debo descansar y no hacer nada. Decisión fatal. Empiezo a sentirme muy sola, de súbito parece que así “milagrosamente” olvido lo que hice (bueno o malo) durante los pasados días, alrededor todo se detiene y en ese espacio terrible no logro conectar lo que fue la semana pasada con lo que será la próxima.

Así que la fórmula para evitarlo es no parar, literalmente no parar nunca. Incluso vale planear eventos que aún no suceden, pequeños proyectos, escribir las ideas que entre semana no nos damos tiempo de aterrizar, tomar el dato de información que nos sea útil, hasta aceptar una que otra invitación a fiestas o a tomar un café, o vaya mínimo tener la mente ocupada.

Es por eso, que la sentencia “desconectarse” no es una opción viable para la condición actual en que me encuentro. Puede ser que estoy evadiendo confrontar no solamente la soledad, quizá algún vacío o insatisfacción, ¿cómo puedo saberlo mejor? ¿Te ha pasado? 🙁

Tags

Lo Último