Típico, cuelgas una blusa y se cae, la vuelves a colgar y se vuelve a caer, finalmente terminan dobladas, tiradas en el piso del closet o enganchadas al colgador con un alfiler de gancho. Para mantenerlas en su lugar, solo tienen que ponerle puntitos de silicona caliente a los bordes superiores de los ganchos de ropa, dejarlos secar y listo.
Blusas fuera de peligro, y closet en orden toda la temporada.