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Los maniquíes exagerados en los escaparates de Venezuela

Un nuevo estándar de cuerpo representa la realidad de cómo son (o quieren ser) las mujeres venezolanas.

En Venezuela, un fabricante de maniquíes cambió la forma de manufacturar sus productos buscando que las mujeres se sintieran mejor identificadas, siendo este uno de los países donde existe una mayor aceptación generalizada respecto a los implantes y las cirugías estéticas, influído también por el hecho de que mujeres venezolanas han ganado el certamen de Miss Universo tres veces; es el tema de un documental realizado por el New York Times.

“La belleza interior no existe, eso es algo que las mujeres que no son bonitas se inventaron para justificarse” son los testimonios de quienes lideran los concursos de belleza en Venezuela. De manera que más y más mujeres recurren a las operaciones e implantes para transformar todo aquello que nos les agrade (o acepten) de su cuerpo.

En este contexto, los nuevos cuerpos que ocupan los escaparates venezolanos son exagerados y voluminosos, en donde además de representar la estética de las mujeres que han pasado  por el bisturí, así mismo es un reflejo del deseo colectivo de operarse entre la mayoría de las venezolanas. Así estas proporciones se han convertido en el nuevo estándar en las tiendas de un país donde se ha incrementado el uso de cirugías.

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Pechos gigantes, cinturas reducidas, y piernas larguísimas son las características de estos cuerpos moldeados. Las mujeres de este país, según el New York Times, perciben a los maniquíes pensando “Wow, yo también quiero verme así” y otras manifiestan que confían en que una operación estética les dará una mayor autoestima.

El fabricante Eliézer Álvarez  que logró un incremento en sus ventas, además de haber detectado y acertar en lo que parece representar el cuerpo que  tienen o aspiran a tener las venezolanas, a la distancia nos ofrece una perspectiva alterada (y preocupante) sobre la belleza y la inseguridad que tienen las mujeres de sí mismas.

Estos cuerpos desproporcionados deja a más de uno sin palabras, pero lo realmente asombroso es que hayan obtenido tanto éxito y aprobación en ese país. El mundo está muy loco ¿no creen?

Fuente: New York Times

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