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100 años del brasier

Han sido parte de la vida de las mujeres a lo largo de la historia. Cada una de nosotras ha elegido el suyo de acuerdo a su personalidad y estilo. Esta prenda es un símbolo de feminidad aunque muchas renieguen de él.

Hoy en día existen diversos estilos de bra, entre ellos el que al abrirse envía un tweet, el que solo de desabrocha ante el amor verdadero, los sujetadores que cuestan millones de dólares porque son fabricados con piedras preciosas y hasta hay sostenes para hombres.

Pero ¿de dónde viene esta prenda? ¿Quién la inventó? Bueno, a continuación les contaré una historia que marcó el destino de las mujeres contemporáneas.

Mary Phelps Jacob, la madre del sujetador

Era 1910 y Mary Phelps Jacob era una joven de 19 años que había nacido cerca de Nueva York en una familia acomodada y que al parecer no era una chica muy tradicional. Tenía sus propios gustos y si algo no le gustaba buscaba una solución para ello. Por ejemplo, tenía un problema con el corsé. Éstos eran muy incómodos y además las barbas se dejaban ver entre los vestidos.

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Existen un par de historias de cómo Mary solucionó esta complicación, una de ellas es que cortó el corsé y dejó solo la parte de arriba la que luego unió a unos tirantes. La otra versión -que parece más cercana a la realidad por la forma del bra- es que junto a su sirvienta francesa cosió dos pañuelos con unas cintas para cubrir su busto y dejar de usar el incómodo armatoste, que por más de dos siglos atrapó a las mujeres a diario tras fierros que no las dejaban caminar y a veces tampoco respirar.

La joven Mary se sintió tan cómoda que les contó a sus amigas lo que había inventado, ellas inmediatamente se animaron a conocer esta revolucionaria prenda. Aunque antes ya se habían inventado ideas parecidas (en 2012 se encontró un sostén con una data de 600 años) la de Phelps fue la primera patentada, esto ocurrió en 1914 cuando ella tenía solo 23 años. Backless Brassiere (“corsé sin la parte trasera”) fue el nombre escogido.

El bra diseñado por la norteamericana era una tela que apretaba los pechos,  en aquella época la moda era más bien andrógina y las mujeres lucían muy delgadas, poco voluptuosas.

En 1920 Mary se casó y pasó a llamarse Caresse Crosby y dio pié inicial a su empresa llamada Fashion Form Brassiere Company, la cual no registró grandes ganancias.  Sin embargo, descubrió que por sí misma podría subsistir sin necesidad de depender de su esposo. El negocio no fue muy fructífero así que tomó la difícil decisión de vender la patente del sujetador a Warner Brothers Corset Company por 1.500 dólares.

El sujetador destierra el corsé

Warner comenzó a fabricar bras de forma industrial y -junto con la revolución de Coco Chanel en Europa- lograron destronar al corsé y sacarlo de circulación.

Cuando esta empresa descubrió que este podía ser un producto más rentable de lo que imaginaban sacaron un nuevo modelo que levantaba el busto hacia arriba y adelante, ya no se aplastaba, sino que era mucho más sugerente. Las mujeres que ya comenzaban a liberarse se encantaron con el diseño.

A lo largo de la historia esta prenda ha sido sinónimo de feminidad, pero también fue tomada como un símbolo de opresión. Por esto mismo en los 60’s las  feministas los quemaban en sus manifestaciones, a pesar de haber sido inventado por una feminista.

El sostén en tiempos contemporáneos

Hoy conocemos cientos de diseños de esta prenda, uno de los más famosos es el Wonderbra que fue vendido por primera vez en 1961 por la compañía canadiense Lady Corset Company. Desde ese momento se convirtió en el sostén favorito de las mujeres ya que realza el busto de quienes no tienen mucho.

Marilyn dejo ver en algunas escenas sus bras a modo de descuido, pero más bien fue toda una revolución ya que su estilo provocador fue inspiración para las mujeres modernas.

 

Luego en los 80, Madonna comenzó a mostrar sus sujetadores en todas partes y los usó como una prenda de vestir más que lencería. Desde ese momento el bra dejó de ser un tabú y se convirtió en un artículo de lujo y moda. Muchas artistas la han imitado como Lady Gaga y Katy Perry, entre otras.

Lo que podemos rescatar de esta historia es la valentía de Mary que a pesar de las restricciones machistas de la época en la que vivió, se aventuró a romper un paradigma y convertirse en una empresaria independiente y escritora feminista siendo un ejemplo para todas las mujeres que la conocieron.

Fuentes: ottawacitizenstyle.com, ellitoral.com

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