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Aprendiendo a decir sí

Permitámonos convivir, dejemos de evadir a los demás y de dar excusas a cada proposición.

Se acerca el fin de semana, tus amigos te hablan para decirte que irán a “X” lugar a cenar o beber unos tragos y te preguntan si quieres acompañarlos; o el chico con el que has estado mensajeando todo el mes te invita a salir.

Tu primera reacción es responder “no”, pero para no verte tan grosera te excusas diciendo que tienes muchas cosas qué hacer, terminar o adelantar trabajo, pasar tiempo de calidad con tu gata o te inventas compromisos familiares; después te escabulles al cine o al bar porque para ti la diversión y los placeres vienen en solitario, hasta que esa cómoda y cobarde dinámica poco a poco se convierte en un estilo de vida.

¿Te suena familiar esta escena? Entonces el siguiente texto es para ti.

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Aceptar invitaciones a salir es uno de mis propósitos de año nuevo, y aunque tengo las mejores intenciones, voy bastante mal en ello. Y sí, la gente suele tacharnos de antisociales, en mi pueblo nos llaman “pander” y para suavizarlo prefiero nos digan escépticas, pero ¿por qué nos cuesta tanto decir que sí? No soy sicóloga para saberlo bien, pero una manera de resolverlo es con los siguientes tips que nos pueden ayudar a simplificarnos el acto de asentir:

Realmente no tienes nada que perder

No pasa de que tengas una pequeña decepción, la comida no fue tan rica o que la película haya resultado un “churro”, si tu salida va mal te aseguro que tampoco será un evento difícil de superar o que te marque de por vida. Al contrario, tienes mucho qué ganar si fue un éxito y sumas a alguien más a tu lista de amigos/conocidos.

Dejemos de ser prejuiciosas

Solemos pensar que la gente se define por sus gustos, por su manera de vestir, de hablar o su ortografía. En parte sí, pero no es el todo; cada quien tenemos nuestro atractivo, defectos y cualidades, ¿cómo puedo juzgar a quien le gusta Arjona si mi gusto por las cumbias también es seriamente cuestionable?

Permítete conocer a las personas

La riqueza humana es asombrosa, todas las personas son distintas y de cada una hay algo que aprender. Siempre es interesante conocer gente nueva y salir del círculo de amigos que nos brinda comodidad. Date la oportunidad de convivir con profesiones distintas a la tuya, visitar lugares o hobbies que ni sabías que existían. Date cuenta que somos parte de un mosaico en el que hay miles de colores para apreciar.

Ve una oportunidad

Piensa positivamente al momento en que te proponen un plan, piensa el hecho de convivir como una oportunidad y desecha la idea que es una pérdida de tiempo o lo que tienes que soportar. Puede que al principio sientas que no encajas, pero cuando superes ese lapso de prueba y deje de rondarte la idea de salir corriendo, es cuando empieza la diversión. No está de más advertirte que tampoco te hagas altas expectativas.

Ganas experiencia en esto de socializar

A veces tenemos miedo de interactuar como los demás, pero mientras más sales equivale a ganar experiencia a base de prueba y error en esto de convivir; además aprendes a expresarte mejor, a sentir empatía y te permite coleccionar buenos -y divertidos- momentos que atesorar con tus amistades.

Experimentar es bueno

Esta es mi palabra favorita. Cuando algo es nuevo es atractivo o también nos puede causar repulsión, porque regularmente no vamos más allá de lo que nos es bien conocido. Prueba, arriésgate a intentar algo diferente y verás cómo empiezas a amar la palabra “experimentar”.

No te lo tomes tan en serio

Hay que ser capaces de reírse de sí mismos y de derribar el muro que ponemos ante los demás. Es momento de divertirse y de aligerar el drama de la vida, socializar debe ser divertido, así que primero a relajarse querida huidiza.

Basta de evadir y pongamos más de nuestra parte. A la próxima respira hondo y que salga de tu boca un sencillo “Me parece bien”.

Por último, una observación: ya que salí y me divertí, a la siguiente invitación vuelvo a caer en el círculo vicioso del “no” y de las excusas; por lo tanto es bueno hacer esta reflexión cada vez hasta que tengamos dominado el asunto de decir “sí”.

Coméntanos si te resultaron útiles estos consejos.

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